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Los descubrimientos científicos y el mayor uso de la tecnología amenazan los empleos en Brasil y en México , en donde es mucho menos costoso comprar un robot soldador que tener a un trabajador, advirtió la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En el documento Nudos Críticos del Desarrollo Social Inclusivo en América Latina y el Caribe , antecedentes para una agenda regional, la Cepal explicó que aún es incierto el impacto que tendrán sobre el empleo los cambios tecnológicos y organizacionales que se presentan en el mundo.
Consideró que “la acelerada disminución del costo de los robots y su mayor funcionalidad aceleran su incorporación en la industria, poniendo en riesgo muchos empleos: en la actualidad en Brasil y México el costo por hora de un robot soldador es inferior al costo de la mano de obra en el sector manufacturero”.
El costo medio de un robot soldador y de la mano de obra manufacturera del 2016 al 2032 tenderá a ampliarse, mientras que en México tener un robot soldador en 2018 tuvo un costo de menos de 6 dólares por hora, el pago a un trabajador rebasa los seis dólares.
Se espera que en el 2032 el robot costará 2 dólares, mientras que en México será de casi 10 dólares. Mientras que en Brasil del 2018 el costo de un trabajador es de 8 dólares por persona y estará por arriba de los 9 dólares en el 2032, mientras que un robot irá bajando de 6 dólares en 2018 a 4 dólares en 2023 y 2 dólares en 2032.
“El impacto de los cambios tecnológicos y organizacionales sobre el empleo y el mercado de trabajo son aún inciertos en la región. En términos de creación y destrucción de empleo, cabe prever que los impactos serán heterogéneos dependiendo del país, la subregión, el sector y el tipo de empresa”, advirtió la CEPAL.
Las afectaciones que tenga cada país dependerán de las dinámicas macroeconómicas, así como de las políticas públicas, así como la regulación laboral, la organización sindical y la capacidad para mantener un diálogo que mejore el entorno.
“Pese a que a corto plazo el efecto neto de las nuevas tecnologías sobre el empleo puede ser negativo, a largo plazo es posible obtener resultados positivos. Sin embargo, para ello se requiere que la incorporación de esas tecnologías se combine con políticas orientadas a la promoción del trabajo decente y la regulación de la inserción de las nuevas tecnologías en los nuevos modelos de negocio”, afirmó la Comisión en el estudio.