Londres.- La siderúrgica Tata Steel confirmó que cerrará sus instalaciones de altos hornos en su planta de Port Talbot (sur de Gales), una medida que acarreará la pérdida de más de 3 mil puestos de trabajo.
En un comunicado, la compañía reveló que comenzará una consulta obligatoria como parte de su plan para "transformar y reestructurar" su negocio en el Reino Unido.
"Este plan está destinado a revertir más de una década de pérdidas y a hacer la transición de un legado de altos hornos a un negocio metalúrgico más sostenible, más verde", señala su nota.
La compañía apunta que "la transformación asegurará la mayor parte de la capacidad de producto existente de Tata Steel en el Reino Unido y mantendrá la autosuficiencia del país en la siderurgia, al tiempo que reduce las emisiones de CO2 de Tata Steel UK en cinco millones de toneladas por año y en general las emisiones del Reino Unido en alrededor de un 1.5%".
Según estos planes, el cierre de las instalaciones se llevará a cabo por fases, con la primera programada hacia mediados de año y el resto durante la segunda mitad de 2024.
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Tata Steel alista amplia reestructuración
La empresa pretende acometer además una reestructuración más amplia en otras ubicaciones y en otras funciones repartidas por todo el país, como el cierre previsto de su línea de procesamiento de recocido (CAPL) para marzo de 2025.
Tata Steel señaló que se embarcará en una inversión cifrada en 1 mil 250 millones de libras (1.456 millones de euros) en tecnología de horno de arco eléctrico en Port Talbot y en actualizaciones de activos para asegurar la producción de alta calidad a largo plazo.
La inversión propuesta cuenta con el respaldo del Gobierno del Reino Unido, que ha comprometido hasta 500 millones de libras (582 millones de euros) para permitir la transformación.
Tata Steel planea invertir 750 millones de libras (873 millones de euros) en el proyecto, junto con la financiación para un "amplio paquete de apoyo" destinado a los empleados afectados y a los costes de reestructuración del negocio y transición, como parte de su compromiso a largo plazo con la producción en el Reino Unido.
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