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La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco llevaría a impactos significativos de corto y mediano plazos para el país y provocaría una revisión negativa de las perspectivas macroeconómicas, plantea CitiBanamex.
En el texto Nuevo aeropuerto en CDMX: ¿En Vísperas del “Error de octubre”?, elaborado por la firma financiera, detalla que ante la consulta que se realizará entre el 25 y 28 de octubre de mantener o no la obra aeroportuaria en Texcoco y optar por Santa Lucía, la administración de Andrés Manuel López Obrador enfrentará su primera prueba antes de entrar oficialmente en funciones.
“Confrontará la credibilidad del Estado mexicano ante inversionistas privados contra la voluntad de su base electoral en relación con el NAIM”, destaca la firma financiera.
“Se intensificará la percepción en los mercados de que la administración de López Obrador tomará decisiones públicas de forma discrecional y populista”, agrega.
Explica que la cancelación del NAIM activaría diversos convenios que garantizan a los tenedores de bonos que mantendrán el flujo de ingresos proveniente de los cargos a pasajeros, lo cual limitaría severamente la disponibilidad de recursos para financiar Santa Lucía o cualquier otro proyecto alternativo.
“Esto, junto con el mayor perfil que ha tomado el discurso anti-Texcoco recientemente, ha inyectado nerviosismo a los mercados, aunque estamos conscientes de que esto se relaciona también con otras declaraciones negativas de López Obrador. Si se materializa la cancelación del NAIM, nosotros procederíamos a revisar negativamente nuestra perspectiva macroeconómica”, añade la firma.
Señala que el escenario más probable es la continuación del proyecto, aunque en días recientes se ha convertido en un pronóstico reservado.
“Creemos que, concluida la consulta, López Obrador anunciará que la mayoría popular decidió continuar con el NAIM en Texcoco. Esto querría decir que el presidente electo está persuadido de la racionalidad económica de esta opción y que está consciente de los crecientes costos económicos, financieros y políticos de suspenderlo. Podrá argumentar que fue decisión de la gente y que él está dispuesto a cumplir la voluntad popular incluso en contra de sus preferencias personales”, explica el texto.
Sin embargo, añade, ese resultado dejará un rastro de preocupación porque podría dejar la impresión de que el uso de consultas populares para definir temas importantes es políticamente deseable.