El viernes pasado, primer día de menor inyección de liquidez de dólares en el mercado cambiario, ordenada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) e instrumentada por el Banco de México (Banxico), la depreciación del tipo de cambio se dio sin problemas.
El peso perdió fuerza y cerró la semana anterior con una depreciación de 2.07%, la mayor desde el pasado 4 de agosto. Así, la decisión surtió efectos, luego de una primera reacción un día antes, el jueves, cuando se anunció.
Hasta ahora, el movimiento cambiario se da de manera ordenada sin que las autoridades busquen un nivel específico de la paridad, al operar el régimen de libre flotación.
Para el presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), José Domingo Figueroa, la decisión fue acertada, y espera que sirva para fortalecer las reservas internacionales, si es que el Fondo Monetario Internacional (FMI) decide disminuir el apoyo que da al país por medio de la Línea de Crédito Flexible (LCF).
“Fue sano y buena decisión, aprovechando que el peso está fuerte; se hace en buen momento”, dijo.
Para el profesor del Centro de Investigación y Desarrollo Económicos (CIDE), Raúl Feliz, Hacienda y Banxico se tardaron en actuar.
El jueves, la Comisión de Cambios dio a conocer que reducirá la inyección de dólares que hace en el mercado cambiario a través de subastas de coberturas petroleras que ofrece a instituciones de crédito.
“Lo que estamos viendo es que es una decisión consistente con un régimen de libre flotación, sobre todo en estos momentos en que el peso estaba mostrando una apreciación muy significativa”, dijo Figueroa.
Agregó que con esta decisión no se espera una depreciación fuerte del peso. Sin embargo, dijo que es posible que no se registre un nuevo mínimo en el año.
Como en todo, agregó, habrá ganadores y perdedores con el movimiento del tipo de cambio, variable que en el IMEF previendo que cerrará el año en 17.90 pesos.
“Creemos que es un buen momento para esta decisión”, aseguró, porque es importante que el peso esté en nivel óptimo, de acuerdo con el equilibrio de mercado.
Para Raúl Feliz, ese tipo de intervenciones no tiene un efecto duradero sobre el tipo de cambio.
Son programas que se establecen cuando hay volatilidad excesiva, como nerviosismo o escasez de dólares, y no necesariamente por factores internos, explicó.
No está orientado a determinar un nivel del tipo de cambio, acotó, porque en las subastas de Banxico no se venden dólares a un precio determinado, sino de mercado.
Feliz señaló que, para preservar la estabilidad financiera, un banco central busca que el mercado no se quede sin vendedor de dólares, sino que siempre haya esa divisa, pero no obligatoriamente barata o a un precio determinado. Se trata de dar tranquilidad, puntualizó.
“Ya se habían tardado, debieron haberlo hecho desde el año pasado, porque estas medidas sirven para cuando faltan dólares, y ahora sobran”, consideró.
Si bien hubo un movimiento del tipo de cambio, lo importante es el mensaje que envían Hacienda y Banxico, dijo.