Las exportaciones mexicanas muestran un comportamiento mixto hasta mayo de 2023, afectadas por un menor dinamismo de la demanda global, y su fragilidad podría profundizarse si se mantiene la fuerte apreciación del peso en la segunda mitad del año, advirtieron especialistas.
Si bien el valor de las exportaciones creció 2.8% en mayo, compensando parte del retroceso de 2.9% visto en abril, la mayor parte de ese incremento se concentró en las ventas manufactureras automotrices, con un alza de 19.7%, de acuerdo con los datos publicados por el Inegi.
Por el contrario, las exportaciones de manufacturas no automotrices se contrajeron el mes pasado 3.4%, la mayor caída para un mes desde octubre de 2022, señal de debilidad para el sector a corto plazo, advirtieron especialistas de Grupo Financiero Base.
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Se registraron otros datos negativos, pues las exportaciones de productos agropecuarios se contrajeron 1.1% mensual, mientras que las exportaciones de productos extractivos bajaron 32.6%, agregaron los analistas.
En su opinión, a pesar de que las exportaciones mostraron un desempeño positivo en mayo, no se pueden descartar riesgos, como una recesión en Estados Unidos, controversias comerciales que resulten en aranceles a los productos mexicanos y la apreciación del peso mexicano.
En este contexto, especialistas estiman que en 2023 las exportaciones tendrán un crecimiento anual de 6.0%, tasa inferior a la de 16.7% reportada en 2022.
“En términos generales, las ventas al exterior han tenido un comportamiento mixto en el año, producto más de un tema de demanda que a una apreciación del peso. Se observa que la demanda de la industria estadounidense y, en particular, de la manufactura, ha perdido algo de fuerza y, por ende, era de anticiparse que se vería afectado el flujo comercial de México hacia allá”, comentó James Salazar, subdirector de análisis económico de CI Banco.
En lo que va del año el peso ha registrado una apreciación respecto al dólar de más de 12%, a causa del diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos, lo que ha hecho atractivas las inversiones en pesos.
Sobre el impacto que pudiera tener la apreciación del peso frente al dólar en el año en el comportamiento de las exportaciones, el especialista consideró que todavía es muy prematuro para ver un efecto inmediato.
Lo anterior, ya que las empresas en Estados Unidos todavía cuentan con un margen de maniobra a pesar de la apreciación de las monedas como el peso, que en términos relativos podría hacer atractivos los precios de los bienes mexicanos.
Sin embargo, Salazar reconoció que esto no significa que en cierto momento la apreciación del tipo de cambio no se pudiera convertir en un factor limitante de las exportaciones mexicanas, junto con la contracción de la demanda del exterior.
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Panorama retador
Las estadísticas del comercio en México arrojan un panorama mixto que no permite distanciar el halo de fragilidad que les rodea desde hace algunos meses.
Por el contrario, los indicadores de economías avanzadas sugieren que el panorama industrial se complicó en junio, lo que probablemente favorecerá nuevos episodios de altibajos, comentó Daniel Arias, analista económico de Monex.
Actualmente la expectativa es que habrá una ralentización de la actividad económica a escala global, en particular de Estados Unidos, que es el principal destino de las exportaciones mexicanas. Si esta tendencia de apreciación del peso se mantiene, en determinado momento va a tener una incidencia en los términos de intercambio de forma mucho más contundente, señaló Salazar.
El especialista estimó que “ese impacto podría reflejarse más a finales de año, ya habría esta diferenciación. Por una parte, se tiene el tema de la menor demanda, pero además ya le saldría más caro a las empresas extranjeras traer productos que necesitan de México, por lo que menos los comprarían a nuestro país”.
Con respecto a factores que podrían limitar el comercio exterior en lo que resta del año, los especialistas de Banorte consideraron relevante la fortaleza del peso mexicano y las señales de una moderación de las manufacturas en Estados Unidos.
A pesar de esto, estiman que el sector automotriz se mantendrá separado de esta tendencia, con la producción más relacionada a la disponibilidad de insumos (especialmente semiconductores), mientras los productores estarán tratando de cubrir la demanda acumulada desde hace tres años.