Tras haber alcanzado la noche del jueves un nivel de hasta 18.21 pesos por dólar, la moneda mexicana despidió la semana en 17.09 unidades en operaciones al mayoreo.
El superpeso acumuló una pérdida de 2.9% o 47 centavos en comparación con el viernes de la semana pasada, de acuerdo con información de la agencia Bloomberg.
Se trata de la segunda semana consecutiva de pérdidas ante el dólar. Entre las 36 principales monedas del mundo, el peso fue la más depreciada durante la semana. En el año, la divisa nacional acumula una pérdida de 0.8% o 14 centavos.
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La depreciación durante la semana se debió principalmente a dos factores: por una parte, el temor global que desató Israel al atacar el territorio de Irán, lo que confirma un escalamiento de las tensiones en Medio Oriente y puede ocasionar represalias adicionales en los próximos días, explicó Gabriela Siller, economista en jefe de banco Base.
En segundo lugar, los inversionistas y operadores siguen consolidando la expectativa de que la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos mantendrá su principal tasa de interés sin cambio durante más tiempo.
En su opinión, la fuerte volatilidad reduce el atractivo de la moneda nacional, pues se vuelven más riesgosas las operaciones que buscan aprovechar las altas tasas en México, lo que ya comenzó a observarse en el mercado de futuros de Chicago. Después del peso, las divisas más depreciadas en la semana fueron la rupia de Indonesia, con un saldo negativo de 2.6%, así como el real brasileño, cuya depreciación llegó a 1.6%.
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Por el contrario, las divisas más apreciadas en la semana fueron el peso chileno, 1.3%; el sol peruano, 0.6%, y la corona checa, 0.4%.
Al menudeo, el dólar se terminó vendiendo el viernes en 17.51 pesos en ventanillas de CitiBanamex, 2.6% o 44 centavos por arriba del cierre de la semana anterior.
Por su parte, el principal indicador de la Bolsa Mexicana de Valores ganó ayer 0.2% y finalizó en 55 mil 858 unidades. De las 35 empresas más negociadas, 15 lograron ganancias y 20 perdieron.
Analistas de Banorte coincidieron en que la atención de los participantes del mercado se mantiene en la evolución del conflicto en Medio Oriente, pues esta situación reavivó las preocupaciones sobre la inflación tras el repunte en los precios del petróleo.