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Se estima que 17.2 millones de trabajadores estadounidenses no irán a trabajar mañana después del Super Bowl LIII, lo que haría al lunes 4 de febrero el día con mayor índice de ausentismo jamás predicho desde que el Workforce Institute de Kronos comenzó a rastrear este fenómeno en 2005.

“Empleados y jefes continúan jugando a estar ausentes sin una excusa después del partido. Muchos empleados jóvenes reportan sentirse más ansiosos por este lunes que por cualquier otro del año, lo que sugiere que no se sienten cómodos teniendo una conversación abierta y honesta con su gerente”, comentó Joyce Maroney, directora ejecutiva del Workforce Institute de Kronos, instituto de investigación y educación sobre temas críticos laborales que enfrentan organizaciones del mundo.

Del total de ausentes estimados, 7.8 millones de trabajadores informaron que se tomarían un día libre preaprobado. Sin embargo, 4.7 millones se ausentarán por enfermedad de “último minuto”, aunque no lo estén realmente.

Por otra parte, casi 22 millones de empleados sí irán a trabajar, aunque de ellos 3.1 millones planean llegar tarde; 6.3 millones tienen la idea de salir temprano, y la gran mayoría, es decir, 12.5 millones, simplemente buscarán trabajar desde su casa. Otros 9.4 millones están indecisos sobre los planes de trabajo del lunes después del Super Bowl.

Uno de cada tres empleados estadounidenses (32%) cree que el día después del Super Bowl debería ser un feriado nacional.

De hecho, dos de cada cinco empleados (41%) de entre 18 y 34 años dicen que prefieren trabajar en el Black Friday (el día después del feriado de Acción de Gracias) que el lunes después del Super Bowl.

Los jefes son especialmente susceptibles a la fiebre del Super Bowl; sin embargo, los empleados más jóvenes son los que tienen más ansiedad sobre el trabajo al día siguiente.

Más de un tercio de los ejecutivos de nivel alto (36%) dice que podrían trabajar menos de sus horas normales después del juego, en comparación con una quinta parte (20%) de los empleados de niveles bajos.

Los jefes también pueden tomar con mejor sentido del humor un lugar de trabajo vacío el lunes: casi dos tercios (62%) de los ejecutivos de nivel alto admiten que les resulta gracioso cuando los colegas dicen que están enfermos el día después del Super Bowl, cuando sospechan que no están realmente enfermos, en comparación con aproximadamente la mitad (51%) de los empleados de nivel medio y bajo.

La encuesta sobre La fiebre del Super Bowl fue encargada por el
Workforce Institute de Kronos y realizada por The Harris Poll del 9 al 11 de enero de 2019 entre mil 236 empleados adultos mayores de 18 años en Estados Unidos.

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