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Ante el optimismo por el nearshoring y el desempeño de la actividad en Estados Unidos, la ola de ajustes a los pronósticos de crecimiento de la economía mexicana tomó altura esta semana.
El consenso de 36 grupos de análisis y consultoría del sector privado nacional y extranjero consultados por el Banco de México (Banxico) subió su proyección del Producto Interno Bruto (PIB) de 2.5% a 3% para este año.
Este cálculo se encuentra en línea con la estimación del banco central y la Secretaría de Hacienda.
Hay instituciones como Moody’s Investors Service que incluso son más optimistas, cuya proyección recién la modificó de 2.4% a 3.3% para este año.
“México superó nuestras expectativas en la primera mitad del año debido a una combinación de crecimiento del gasto de capital del sector público, inversiones relacionadas con el nearshoring y un crecimiento mejor de lo esperado en Estados Unidos, su mayor socio comercial”, señaló la agencia.
En su actualización global de perspectivas económicas, Moody’s mantuvo en 1.9% su perspectiva de crecimiento para 2024.
“Para los países de mercados emergentes del G20, esperamos que el crecimiento del PIB real en 2023 sea ligeramente superior, de 4.3%, frente a nuestra estimación anterior de 3.9%, debido a revisiones significativas al alza de nuestras previsiones de crecimiento del PIB en 2023 para India, México y Brasil”, resaltó.
Desde su perspectiva, las altas tasas de interés seguirán frenando el crecimiento económico mundial hasta 2023 y mantendrán el crecimiento por debajo de la tendencia en 2024.
Señaló que el riesgo de recesión en Estados Unidos ha disminuido, pero es necesario que la producción esté por debajo de la tendencia para que la inflación disminuya de manera sostenible hasta alcanzar la meta de la Reserva Federal (Fed).
“Creemos que las tasas de interés, por muy altas que sean, eventualmente van a frenar el crecimiento lo suficiente como para mantener baja la inflación”, indicó.
Las instituciones encuestadas por Banxico siguen viendo como un obstáculo y preocupación a la inflación y la política monetaria, debido al aumento en los costos laborales, el incremento en los precios de los insumos y materias primas, así como el elevado costo del financiamiento interno.
Para este año, están esperando que la inflación general cierre en 4.63% desde 4.60% que pronosticaban hace un mes. Es la primera vez que hacen un ajuste al alza desde la encuesta de febrero pasado.
En cambio, el consenso redujo de 4.03% a 4% su estimación de la inflación para finales de 2024.