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Quintana Roo, Guerrero, Nuevo León y Chihuahua registraron los mayores incrementos del número de trabajadores que laboran en la informalidad durante el primer trimestre de 2019 respecto al mismo periodo del año anterior, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi.
La cantidad de personas que trabajaban de manera informal en estas cuatro entidades se ubicó en 3 millones 121 mil en los primeros tres meses del año.
La cifra es 10.5% mayor a la reportada un año antes, tasa muy superior al incremento de 2.7% registrado en promedio a escala nacional.
La tasa de informalidad de los estados de referencia repuntó conjuntamente en más de dos puntos porcentuales, al pasar de 46.1% de la población ocupada en el primer trimestre de 2018 a 48.8% entre enero y marzo de este año.
La entidad que reportó el mayor incremento de la población ocupada fuera de la economía formal fue Quintana Roo, con un alza anual de 13%. Le siguieron, en orden de importancia, Guerrero y Nuevo León, con un aumento de 10.8% y 10.1%, respectivamente, y finalmente Chihuahua, con un avance de 9%.
Por el contrario, en nueve de las 32 entidades que comprenden el país se reportó una disminución del número de trabajadores que laboran en el sector informal, entre las que destacan Coahuila, con una baja de 6.9% a tasa anual; Querétaro, con 4.7%; Baja California, 4%; Chiapas, 2.9%, y Aguascalientes, 2.8%
En siete entidades, más de 70% de su población ocupada se encuentra laborando de manera informal.
En el primer lugar de la lista se encuentra Oaxaca, donde ocho de cada 10 empleos (81.6%) no son formales; le siguen Guerrero, con 79.22%; Chiapas, 78.2%; Hidalgo, 74.3%; Tlaxcala, 72.8%; Puebla, 72.0%, y Michoacán, 70.1%.
Las entidades del país con la mayor proporción de población ocupada en la informalidad se caracterizan por ser las más pobres del país, con un menor desarrollo económico, lo que explicaría el fuerte peso que tiene esa modalidad de empleo en sus mercados laborales, lo que también se traduce en bajos niveles de productividad.
El empleo informal considera las siguientes categorías: el trabajo no protegido en la actividad agropecuaria, el servicio doméstico remunerado de los hogares, así como los trabajadores subordinados que, aunque trabajan para unidades económicas formales, lo hacen bajo modalidades en las que se elude el registro ante la seguridad social.
Todas las modalidades del empleo informal sumaron un total de 30.8 millones de personas al primer trimestre de 2019.
Frente al bajo crecimiento de la economía y la menor generación de empleos en la economía formal, el trabajo informal tiende a crecer, por lo que de persistir el menor dinamismo de la actividad productiva en lo que resta del año se corre el riesgo de que un mayor número de personas se vean en la necesidad de ocuparse en puestos con bajos salarios, sin acceso a los servicios de salud y sin las demás prestaciones que se establecen en la ley.