Para garantizar la custodia y traslado del efectivo que utiliza en sus sucursales, el Banco del Bienestar renta cajas fuertes externas y paga por transportar valores, costos que se han incrementado ante el mayor número de instalaciones físicas que ha construido.
Anualmente el banco ha aumentado el presupuesto destinado a esos conceptos, ya que en 2020 destinó a ese fin 225 millones de pesos, monto que se ha más que triplicado, pues para este año llegará a 730 millones de pesos.
De acuerdo con un testimonio social en poder de EL UNIVERSAL y fechado el pasado 20 de marzo, relativo al procedimiento de licitación pública nacional electrónica del servicio y traslado de valores, como parte de la revisión de transparencia para la adjudicación del contrato, la firma que brinda el servicio a partir del 1 de marzo y hasta el 31 de diciembre de 2024 es Servicio Pan Americano de Protección.
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Esa misma empresa proporcionó el servicio desde 2020 y también se hará cargo de la custodia del efectivo una vez que llegue a las sucursales del banco.
El documento emitido por el contador público certificado Fernando Dablantes detalla el costo que paga Banco del Bienestar por cada servicio para abastecer sus 3 mil 194 sucursales: por renta de cajas fuertes destina de 102 a 110 pesos por unidad al mes, y en el caso de la estadía de efectivo resguardado en bóvedas, por cada mil pesos resguardados paga 0.17 pesos.
En tanto, los costos de custodia por hora son de 867.76 pesos, mientras que el kilómetro recorrido para atención a cajeros automáticos tiene un costo de 9.48 pesos.
Entre los servicios que se realizan para la dispersión de efectivo en sucursales está la administración de caja general, que incluye la renta mensual del espacio físico para resguardo de efectivo propiedad del Banco del Bienestar en las instalaciones del licitante adjudicado, así como su administración, considerando la elaboración y envío diario de arqueos y la compraventa de efectivo a otros bancos, así como retiros y depósitos al Banco de México.
Esas cajas generales deberán estar ubicadas en las zonas de mayor demanda de efectivo, de acuerdo con las necesidades de operación del banco de desarrollo.
Entre las características de las cajas fuertes que alquila Banco del Bienestar, resalta que las unidades deberán minimizar la probabilidad de ocurrencia de eventos o su impacto, de llegar a materializarse, así como estar blindadas y ancladas al piso a una base de concreto o empotrado.
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Alto costo operativo
De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2024, el Banco del Bienestar tiene asignados aproximadamente 2 mil 355 millones de pesos para gasto de operación. La institución solamente se dedica a dispersar efectivo de programas sociales, sin otorgar otros servicios bancarios.
“Gastan más en operar el banco que en el otorgamiento de créditos o en alguna labor de intermediación financiera, o incluso captación”, dijo el analista independiente y expresidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), Mario di Costanzo.
En su opinión, el hecho de que la institución no tenga sucursales conforme a lo que dicta la circular de bancos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) —que establece las características que debe tener una sucursal bancaria, en términos de operación y seguridad, desde el tamaño, vidrios antibalas, entre otros conceptos— muestra que las sucursales de Banco del Bienestar no cumplen con ninguna de esas condiciones y vuelve más compleja su operación.
“Si el Banco del Bienestar fuera revisado o tratado como un banco comercial, como cualquier otro, no podría operar, porque esto eleva muchísimo sus costos de operación, como lo estamos viendo. Es un banco cuyos costos, gasto o presupuesto anual, lo destina al pago de salarios y al pago de todos los gastos de operación que tiene, por eso es un banco que opera con pérdidas”, recalcó.
Para Di Costanzo, sería mucho más práctico que Banco del Bienestar operara en colaboración con la banca comercial del país.
“Me parece que es una de las grandes equivocaciones de este gobierno, porque con lo que se gastan anualmente en operaciones del banco o en las asignaciones presupuestarias al banco, pudieron incluso hasta haber subsidiado las comisiones que los bancos comerciales les cobraban a los que recibían programas sociales”, señaló el especialista.
“El gran problema fue que los bancos cobraban comisiones a quienes hacían operaciones de retiro de estos programas sociales”.
Si el gobierno hubiera pagado esas comisiones, le hubiera salido más barata la dispersión de recursos de programas sociales, afirmó el analista.
“Definitivamente es un banco que no es un banco. La CNBV ha dejado que opere con muchas irregularidades y le cuesta muchísimo al gobierno”, añadió.