La industria textil inicia 2023 aún sin recuperar el nivel que tenía antes de la pandemia y con el problema que significa que, de cada tres prendas que se comercializan en el país, dos sean ilegales, de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaintex).
El presidente saliente de la organización, Manuel Espinosa Maurer, y el entrante, Rafael Zaga Saba, explicaron a EL UNIVERSAL que 2022 fue un año en que hubo desaceleración que llevó a paros técnicos y reducción de producción.
Los problemas de importación de telas y confecciones ilegalmente siguen sin reducirse y aumentan los robos de camiones, incluso en las filas de los centros de distribución, cuando llevan los pedidos de las tiendas de autoservicio y departamentales.
Entra mercancía subvaluada, con costos por debajo de la materia prima. En 2022, 35% de las importaciones de productos textiles llegó a México por debajo del precio estimado, lo que es equivalente a una evasión fiscal de 151 millones de dólares, que incluye Impuesto General de Importación y Exportación, explicó Espinosa Maurer.
Del total de las importaciones de productos confeccionados que ingresan al país, 22% se encuentran por debajo del precio estimado.
La cantidad de textiles que entran por debajo del precio estimado suman 2 mil 161 millones de metros cuadrados equivalentes, suficiente para producir mil 350 millones de pantalones, comentó.
Sin embargo, añadió que los ilícitos que se registran en “las aduanas no son el único problema, pues el robo a transporte no para. Todas las semanas tenemos un afiliado que le roban camiones”.
Se prevé que las ventas nacionales tienen un valor de mercado de 25 mil millones de dólares, pero de ese total “estimamos que 66% es ilegal en cualquiera de sus formas, es decir, dos de cada 3 prendas son ilegales, subvaluadas o provienen de talleres clandestinos” o informales.
Zaga Saba dijo que en las últimas 10 semanas se registraron 10 robos de camiones, que incluye material terminado o algodón.
“Esta modalidad de robo de materias primas no existía. Normalmente a la industria textil cuando abrían un camión y veían que era una paca de algodón, el ratero decía vete, porque buscaban productos terminados, playeras, jeans o trajes, buscaban productos confeccionados que llegaran a mercado formal o informal, pero ahora no”, comentó.
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