Señor Director:

El suscrito Fabio Massimo Covarrubias Piffer, estando el tiempo y forma para ello, en ejercicio del derecho de réplica que por ley me asiste, hago referencia a la nota que aparece en la edición del día 18 de junio de 2019, intitulada “EU investiga a Peña Nieto por soborno en Pemex”, en las cuales se realizan referencias concretas a mi persona y a la venta que se realizó de las acciones representativas del capital social de Grupo Fertinal, S.A. de C.V., (“Fertinal”) a PMX Fertilizantes Pacífico, S.A. de C.V., (“Pemex”), en cuanto subsidiaria de Petróleos Mexicanos: Fui Director General y accionista de Fertinal desde 1992 hasta el mes de enero de 2016, fecha en que se concretó la venta de las acciones de dicha sociedad a Pemex.

Al momento de su venta, Grupo Fertinal era una empresa totalmente eficiente y productiva, certificada por su calidad y la de sus fertilizantes a nivel mundial.

La reputación del Grupo y la calidad de sus productos iba más allá de nuestras fronteras, con más de 200 clientes en países como Estados Unidos, China, Paquistán, India y Australia, inclusive este último país le otorgó la más alta certificación Equus Gold. El 70% de sus ventas eran exportadas a más de 25 países, generando fuerte entrada de divisas al país.

Tan sólo en el año 2015 produjo casi 1.8 millones de toneladas de roca fosfórica en su mina ubicada en Baja California Sur, con reservas estimadas para más de 40 años.

De 2008 a 2015 los entonces accionistas de Grupo Fertinal realizaron inversiones de capital por cerca de US$ 300 millones en la planta y mina, empleando a 2 mil 648 personas de manera directa. Sus activos fueron valuados en más de mil millones de dólares y tenía una capacidad instalada para producir por encima de 1.5 millones de toneladas de fertilizantes fosfatados y nitrogenados.

Durante los cinco años anteriores a la venta, la empresa tuvo ingresos acumulados de 2 mil 700 millones de dólares generando utilidades antes de impuestos (EBITDA) durante este mismo periodo de 255 millones de dólares.

Cómo es evidente, Grupo Fertinal era una empresa rentable y productiva. Exitosa y reconocida internacionalmente, con capacidades instaladas reales.

La administración por mi encabezada, propuso a Pemex, durante 2013 y 2014, la fusión de Fertinal y las subsidiarias respectivas de Pemex en un grupo empresarial público-privado integrado verticalmente que incluyera la cadena gas/amoniaco/fertilizante en concordancia con la reforma energética recién adoptada; sin embargo, Pemex decidió durante 2015 la no integración y propuso la compra de Fertinal aludiendo que ya había comprado Agronitrogenados con anterioridad, la cual aceptamos aún y cuando el precio de venta consideramos era inferior al valor de mercado de dicha sociedad, misma venta que cumplió con todos y cada una de las autorizaciones requeridas, incluso por la Comisión Federal de Competencia Económica.

Como le he señalado reiteradamente, las diferencias entre las ventas de Agronitrogenados y Fertinal son abismales, ya que mientras Agronitrogenados era una planta sin operación desde hace 15 años, Fertinal era una empresa competitiva y en marcha, misma situación que está siendo investigada y constatada por las autoridades.

El proceso de compra-venta de Fertinal se hizo en total apego a derecho. En la operación intervinieron diversos bancos de inversión de reconocido prestigio internacional, que llevaron a cabo un detallado y exhaustivo trabajo de la debida diligencia de aspectos operativos, legales, financieros, técnicos, ambientales, laborales y legales.

En él participaron firmas como Evercore, Goldman Sachs, White & Case y PriceWaterHouse Coppers. Esta última encargada de llevar a cabo el estudio de debida diligencia de la empresa, quien además emitió una opinión de valor del negocio en marcha y del valor de la integración vertical con Pemex lograba ahorros y sinergias significativas las que fueron estimadas en cientos de millones de dólares. Dentro de estas sinergias estaba el autoabastecimiento de Pemex al gas, amoniaco y azufre, mismo que a la fecha no ha sucedido.

Todos los recursos productos de la venta así como los ingresos recibidos por los vendedores, tanto por precio de venta como dividendos decretados a todos los accionistas, se llevaron a cabo mediante transferencias electrónicas a través del sistema bancario.

Únicamente se realizaron pagos y transferencias a los legales y legítimos accionistas de Grupo Fertinal.

Dicha estructura de dividendo y venta de acciones es una totalmente aceptada como una mejor práctica de negocio internacionalmente.

El comprador de Fertinal recibió una empresa productiva eficiente, sana y exitosa; hoy su estado es muy distinto al que fue entregado. Lo que hizo dicho comprador se equipara a la compra de un automóvil en perfecto estado para desvalijarlo, sacarlo a la calle, provocar un choque y culpar al vendedor del lamentable estado del vehículo.

Hoy pretenden señalarme, sin pruebas, de vínculos con personas a las que nunca he conocido, como es el caso de los señores Enrique Peña Nieto y Emilio Lozoya Austin.

Más bien pareciera que dichos señalamientos podrían obedecer a tácticas de distracción por algunas otras personas o grupos y por los defensores de Emilio Lozoya, como una estrategia para escalar e internacionalizar el asunto, así como para tratar de debilitar mi reputación y posición jurídica en otros asuntos donde estamos enfrentados con estos últimos.

Ética y jurídicamente exijo cargar con la responsabilidad de la prueba a quiénes frívolamente me señalan. Y reitero que jamás podrán probar esta falsa acusación, ya que esta operación se hizo en apego a la ley y a las mejores prácticas de negocio.

Es inaceptable que mi prestigio sea sujeto a un escándalo político donde pretenden difamarme y señalarme sin evidencias.

Le solicito publicar esta respuesta en su diario, portal de internet y redes sociales, y darle la misma difusión que se le ha dado al artículo en comento.

Fabio Massimo Covarrubias Piffer

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