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Bruselas.— El sismo del 19 de septiembre de 2017 provocó una reducción de la actividad económica por encima de los 160 millones de dólares, estima el Centro para el Monitoreo del Desplazamiento Interno (IDMC).
El monto equivalió a 0.01% del Producto Interno Bruto (PIB) de ese año, señala la instancia con sede en Ginebra, considerada una de las mayores autoridades en el análisis de datos sobre el desplazamiento de personas a escala global.
La información aparece en un estudio que mide los impactos económicos del temblor más allá de las pérdidas directas causadas por el mismo. El documento fue elaborado por el investigador Mario Salgado Gálvez.
El estudio reconoce que debido a los datos disponibles, “el monto de la pérdida de producción económica como consecuencia del terremoto pudo haber sido aún mayor de lo estimado en nuestro estudio”.
“Es importante tener en cuenta que no se ha realizado ningún estudio para establecer la distribución geográfica exacta de las personas desplazadas por el terremoto, lo que resulta en una mayor incertidumbre para nuestras estimaciones finales”, expone.
De acuerdo con el documento, el sismo se cobró la vida de 370 personas, dejó heridas a 6 mil, causó el colapso de alrededor de 100 edificios y entre 10 mil y 20 mil viviendas sufrieron daños.
Señala que la Evaluación de Riesgos Naturales estimó las pérdidas económicas directas entre 4 mil y 5 mil millones de dólares.
“Pero más allá de las pérdidas causadas por la fuerza destructiva del sismo, consecuencias menos directas pudieron impactar la economía”, indica.
El informe hace referencia particular a la población desplazada que se vio sin posibilidad de continuar con su trabajo, “al desconectar a las personas de su actividad productiva durante días, semanas, meses o años, el desplazamiento interno reduce la producción económica”.
El documento compara el caso de México con el experimentado en Nepal en 2015, en donde los costos ascendieron a 406 millones de dólares. Las secuelas económicas fueron más limitadas en el estado mexicano por dos factores: uno tiene que ver con la magnitud y el número de desplazados. El nepalés fue de 7.8 grados y arrojó 15 veces más desplazados que en México.
Se estima que el sismo privó a 240 mil mexicanos de la posibilidad de retornar inmediatamente a su hogar por las secuelas; 140 mil volvieron a sus casas en una semana y 11 mil seguían privadas de su vivienda un año después. Proyecta que mil 938 personas superarán los 973 días de desplazamiento.