Para evitar tropezarse en el trayecto desinflacionario, el Banco de México (Banxico) recortó ayer, por mayoría de votos, su tasa de referencia a 11%, movimiento que fue interpretado por algunos analistas como el inicio de un ciclo de bajas sin prisas, ni en automático.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) consideraron que los institutos centrales que están comenzando a flexibilizar su política monetaria van por buen camino, pero hay que mantener el enfoque adecuado para lograr un aterrizaje suave.
En el segundo anuncio de política monetaria de 2024 de Banxico no hubo sorpresas, pues ya se esperaba un ajuste fino, como lo habían adelantado algunos miembros del órgano colegiado, al enfatizar que los precios al consumidor siguen quitándose las presiones.
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Banxico no movía la tasa de referencia desde mayo de 2023, luego de que en su reunión del 30 de marzo de ese año la subió en un cuarto de punto, pasando de 11% a un máximo histórico de 11.25%, y no la recortaba desde hace tres años.
De acuerdo con analistas, el mensaje que envió el banco central en su comunicado es que seguirá reduciendo con cautela el costo del dinero a través de su tasa objetivo.
“Estamos frente al inicio de un ciclo de bajas que probablemente se podría interrumpir hacia el cierre del año”, dijo a EL UNIVERSAL el subdirector de análisis de Vector, Luis Adrián Muñiz.
Además, enfatizó que la posibilidad de que haya una pausa en la reunión de mayo disminuyó de manera importante, y más bien son probables más ajustes de 25 puntos base en los siguientes meses e incluso más sincronizados con la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, aunque en terreno restrictivo.
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Decisiones divididas
Muñiz destacó que cuatro de los miembros de la Junta de Gobierno votaron por una reducción, y para una pausa en mayo se necesitaría que dos de ellos “se voltearan”.
Para que eso suceda, agregó, tendría que haber un deterioro de la inflación, pero parece que no hay elementos para anticiparlo.
Consideró que el ciclo no debería ser a toda velocidad, porque se mantiene un balance de riesgos al alza y una inflación subyacente en niveles elevados. “Van a ser bajas cautelosas, con calma y decisiones divididas”, pronosticó.
Para el economista en jefe de Grupo Financiero BX+, Alejandro Saldaña, Banxico mantiene una guía flexible, pero apegada enteramente a los datos disponibles.
“No está anticipando que las tasas van a bajar de forma continua o en automático”, dijo en entrevista.
Si se mantiene la tendencia descendente de la inflación, sobre todo la subyacente, podría dar lugar para disminuir los tipos de interés en mayo y hacia delante, condicionó.
Así, habría margen para hacerlo sin generar algo de volatilidad o ruido adicional en los mercados financieros locales, estimó.
BID y FMI respaldan decisión
El asesor económico regional para el Cono Sur del BID, Arturo Galindo, destacó que los bancos centrales en América Latina están iniciando por ahora una baja de tasas gradual. “Nos parece que ese es el camino correcto”, apuntó.
Ayer, durante la presentación oficial del Informe Macroeconómico 2024, mencionó que, de acuerdo con los modelos que elaboraron, se prevé que la Reserva Federal (Fed) estadounidense baje sus tasas en el segundo semestre, en línea con las expectativas del mercado.
Si no lo hace, advirtió, y se mantienen altas por el resto del año, representaría un costo de medio punto para el crecimiento de los países de la región.
“No es un tema menor la prolongación de tasas altas”, subrayó Arturo Galindo.
Indicó que en la parte monetaria hay buenas noticias, ya que la inflación sigue reduciéndose en toda la región, lo que podría ser un reflejo del éxito de los bancos centrales.
En el mismo evento, la subdirectora del departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Ana Corbacho, comentó que hay preocupación de que a futuro las tasas sean más altas por incertidumbres fiscales o los niveles elevados de deuda, que están aumentando de forma temporal, o si se verán tasas neutras, las cuales se ven apoyadas por un crecimiento potencial lento.
“En un momento en que en la región se está debatiendo cuán rápido, hay bastante incertidumbre sobre cuál debería ser la tasa final. Debemos tener un enfoque de cautela para asegurar un soft landing [aterrizaje suave]”, indicó.
Señaló que mientras Estados Unidos está decidiendo cuándo será su primer recorte, en Brasil ya discuten el último o terminar con el ciclo de bajas.
Corbacho aseguró que será todo un reto para los bancos centrales, porque una flexibilización demasiado rápida puede llevar a cambios en los diferenciales de tasas de interés y se perderían los beneficios de la apreciación del tipo de cambio, lo que, a su vez, provocaría salidas de capital.