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El gobierno canadiense no firmará ningún acuerdo tendiente a modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), a menos que sea benéfico para sus ciudadanos y empresas, advirtió la canciller canadiense Chrystia Freeland.
La negociación entre ambos países, que se retomó a partir de este martes en Washington D.C., “es algo muy complejo”, aunque sí es alcanzable, dijo.
Casi dos horas después de que se suspendieron las negociaciones entre Freeland y el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, y media hora después de que los mercados de los tres países cerraron, la canciller ofreció una conferencia en la cual reiteró que “el gobierno no va a firmar ningún acuerdo si no es bueno para Canadá”.
La funcionaria no quiso detallar cuáles son los puntos que están obstaculizando el acuerdo y dijo que todas las partes conocen las posiciones de los contrarios.
Freeland dejó ver que un consenso será posible cuando todos cedan y se acerquen a las posiciones del bando opuesto.
Para la ministra, la renegociación del Tratado de Libre Comercio tuvo un impulso gracias a que México cedió en reglas de origen de automóviles, especialmente en lo referente a las condiciones laborales, al permitir que entre 40% y 45% de los insumos de las unidades hechas en Norteamérica se fabriquen en zonas donde los trabajadores ganen 16 dólares por hora.
Freeland llegó a sus reuniones con su homólogo estadounidense sin tanto optimismo y demostrando la incapacidad de destrabar las negociaciones. Declaraciones del presidente Donald Trump, filtradas a la prensa y en las que aseguraba que no iba a hacer concesiones e incluso que el pacto con Canadá sería “en sus términos”, acabó por enrarecer el diálogo.
En tanto, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dijo que sólo firmará acuerdos que beneficien a su país, y advirtió que protegerá el sistema de administración de suministro de los productos lácteos, uno de los temas de mayor conflicto con EU.
De acuerdo con la agencia Reuters, Trudeau advirtió que “EU subsidia sus productos, dándoles cientos de miles de dólares al año” y añadió que si bien a “los estadounidenses les gustaría que nos deshagamos de la administración de suministros, no tenemos la intención de hacerlo”.