Al encender el televisor y ver las noticias siempre nos encontramos con algún trágico accidente automovilístico. Conductores imprudentes que no se detienen ante una luz roja, exceso de velocidad en avenidas y calles de la ciudad, descuidos por la utilización de celulares y sobre todo conductores que exceden los niveles de alcohol permitido.
Según el Artículo 93 del Reglamento de Tránsito en Carreteras y Puentes, citado en el Manual del conductor de la Policía Federal , se establece que “queda prohibido conducir en estado de alteración psicofísica, o bajo sospecha de ingestión de alcohol, de sustancias psicotrópicas, estupefacientes, incluyendo medicamentos con este efecto y de todos aquellos fármacos cuyo uso afecte su capacidad para conducir”. Sin embargo, cotidianamente hay quienes exceden el límite permitido, a pesar de tener prohibido conducir con valores de alcohol en sangre superiores a 0.8 gramos por litro o de alcohol en aire espirado superior a 0.4 miligramos por litro, lo que equivale a una copa de vino.
En muchas de estas ocasiones, cuando se produce el siniestro, los conductores se niegan a tomar las pruebas de alcoholemia, conscientes de estar excedidos de los parámetros permitidos. En estos casos la licencia de conducir también es suspendida y procesada en la corte hasta pasada la audiencia que confirme el rechazo y someta al conductor a las pruebas que lo declaren culpable o no del cargo por el cual fue acusado originalmente. Estas situaciones, que parecen disparatadas o ajenas, son más frecuentes de lo que uno se puede imaginar. Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reflejan que 7 de cada 10 accidentes en las carreteras se relacionan directamente con el consumo desmedido de alcohol por parte del conductor.
En este tipo de escenarios las consecuencias no solo las sufren el piloto y aquellos que ocupan el vehículo, sino que también pueden salir lastimados peatones o personas que circulan en otros automóviles. Nunca sabemos si vamos a ser víctimas de un conductor imprudente, que pueda poner en riesgo nuestra integridad física u ocasionar destrozos en los vehículos. Es por este motivo, y ante el evidente crecimiento de accidentes viales por exceso de alcohol, que los ciudadanos deben optar por contratar un buen seguro de auto , que les permita hacer frente a los daños y refacciones posteriores al siniestro. Obviamente estamos hablando en el caso de que todos los daños sean materiales y no haya ningún herido o fallecimiento de alguna persona.
De acuerdo a las estadísticas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), México se posiciona como el séptimo país del mundo con mayor cantidad de muertos en accidentes viales. Las cifras marcan 22 decesos de jóvenes entre 15 y 29 años al día y 24 mil decesos en promedio al año. Es así como los accidentes automovilísticos constituyen la primera causa de muerte en los jóvenes mexicanos y la quinta causa de fallecimiento entre la población en general.