El segundo mandato presidencial de Donald Trump representa una inminente renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en 2026, ya que la reforma judicial y la eliminación de los órganos autónomos afecta a nueve capítulos de ese acuerdo.
Esto será aprovechado por la próxima administración estadounidense para abrir el capítulo automotriz y obtener beneficios como incrementar la producción en la Unión Americana y establecer reglas más estrictas para la fabricación de vehículos, limitando las importaciones de autopartes chinas, de acuerdo con expertos.
“En su primer mandato, Trump forzó la renegociación del entonces TLCAN, sabiendo que la industria automotriz es la que le ha permitido a México tener un superávit en la balanza comercial.
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“En su análisis, si Estados Unidos tiene un déficit en la balanza comercial, es una economía débil, y de ahí su interés por renegociar el acuerdo”, dijo Jorge Molina, consultor en comercio internacional.
En la renegociación del T-MEC, opina, se volverá a tocar el tema del acero y aluminio, reglas particulares para la fabricación de autos eléctricos y la importación de componentes chinos.
“Una renegociación de la regla de origen se ve natural. Ya se habla de elevar a 85% el valor de contenido regional, pero la clave será reducir las importaciones de autopartes desde China”, dijo Molina.
Actualmente, China es el segundo proveedor de autopartes en México, después de Estados Unidos, de acuerdo con estadísticas de la Industria Nacional de Autopartes.
Riesgo de aranceles
Óscar Silva, socio para Norteamérica de la consultoría Roland Berger, considera que imponer aranceles de 100% o 200% a los autos fabricados en México no es factible, pero sí lo es renegociar la regla de origen y llevar el contenido regional a un nivel más alto, aunque no se logre de la noche a la mañana, pues materiales como el acero y el aluminio no se producen en la región en cantidades que se necesitan.
“No vamos a llegar a 100% hecho en Norteamérica, porque las cadenas de suministro están en todo el mundo. Además, aunque mañana Estados Unidos hiciera uso pleno de su capacidad instalada, no es capaz de producir todos los autos que consume, por lo que seguirán siendo deficitarios en la industria automotriz”, explicó.
De acuerdo con un reporte de Roland Berger, México va a seguir siendo atractivo para atraer inversiones relacionadas con la relocalización de proyectos (nearshoring) durante el mandato de Trump, debido a los riesgos geopolíticos y el incremento de los materiales.
El costo de la mano de obra, la energía y el transporte son más baratos en México que en China. Además, en la industria automotriz, fabricar en suelo mexicano es 17% más barato que en Estados Unidos.
China, factor clave
Eduardo Solís, consultor internacional y expresidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), dijo que México debe tener cuidado en la revisión del T-MEC, pues con la excusa de acotar a China se pueden abrir temas que el país debe sortear con inteligencia, privilegiando la relación comercial con Estados Unidos.
“Esta revisión debe asegurar a México como un socio confiable que está mirando hacia el norte y buscando una mayor integración de los tres países.
“Que Estados Unidos nos siga viendo como un socio confiable, incluso si hay riesgo de perder algunas inversiones chinas que no son tan importantes como las que ya hay, porque también hay otras inversiones, no sólo las automotrices, en electrónica, semiconductores y en industria aeronáutica”, afirmó.
Solís consideró que una regla de origen más estricta es poco viable porque la actual es muy estricta y apenas el 30 de julio de 2025 todas las automotrices tendrán que cumplir 75% de contenido regional.
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En el caso de las automotrices chinas, Solís argumentó que si hicieran inversiones para cumplir con la regla de origen del T-MEC para exportar a Estados Unidos, México tendría un mejor caso, pero si lo que buscan es “hacer un transbordo”, y pagar un arancel de 2.5% para exportar sus autos, Estados Unidos no lo va a permitir.
Great Wall Motors, BYD y MG han prometido inversiones para instalar plantas de manufactura en territorio mexicano y, aunque aseguran no tener intenciones de exportar al mercado estadounidense, podrían intentarlo si cumplen con la regla de origen del T-MEC.
A partir de septiembre pasado, Estados Unidos impuso un arancel de 100% a los autos eléctricos importados de China.