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Después de 15 años de instrumentada la reforma energética, México va a seguir sumido en la dependencia del extranjero porque la industria petrolera nacional, en la cual participa la inversión privada, seguirá sin producir los suficientes combustibles que demanda el mercado nacional.
En 2032, de acuerdo con las expectativas de la administración que concluye funciones el 30 de noviembre, basadas en el nuevo modelo energético, el país seguirá comprando de todo tipo de combustibles en los mercados internacionales en ese año, principalmente de Estados Unidos.
Para ese año, 35.1% de la demanda de gasolinas en sus tipos Magna y Premium será importada: el 19.2% del diésel que consuma el autotransporte de carga y pasaje será producido en refinerías extranjeras; poco más de tres de cada 10 litros de turbosina destinada a aerolíneas nacional y extranjeras que llega a aeropuertos del país será importado.
Los documentos prospectivos, los últimos que presentó el gobierno de Enrique Peña Nieto en materia de energéticos, sostienen que aún con la intervención del capital privado, nacional y extranjero en la industria petrolera, no habrá ni la suficiente producción de petróleo crudo ni de derivados para cubrir la demanda interna, lo que seguirá obligando a salir al exterior para comprar lo que no se puede producir en el país.
La estimación de los escenarios de las Prospectivas de Petróleo Crudo, Petrolíferos, Gas Natural y Gas LP 2018-2032, se basaron, explica la Secretaría de Energía, “en las oportunidades exploratorias con alta probabilidad de ser desarrolladas con éxito en los próximos 15 años, bajo el esquema legal que rige el sector energético en México, y el esquema de adjudicaciones y asignaciones de bloques a través de rondas de licitación por nominación”.
Es decir, se pretende encontrar los mayores volúmenes de petróleo y gas entre 2018 y 2032 para ser transformados en derivados suficientes para cubrir la demanda interna.
Reconoce que a pesar de una mayor intervención del capital privado, “en el ámbito nacional, Pemex continua siendo la primera opción para atender las necesidades de hidrocarburos y mantiene una posición importante en la importación de petrolíferos”.
Sin embargo, de acuerdo con las estimaciones del ejercicio de planeación 2018-2032 que fueron entregadas al nuevo gobierno, en materia de producción de petrolíferos se espera que la extracción se duplique y la demanda aumente 22%.
Refinación insuficiente. A pesar de ello, “la capacidad de refinación durante esos 15 años seguirá siendo insuficiente, por lo cual la producción de destilados gasolinas, diésel y turbosina- seguirá siendo deficitario”.
Las estimaciones para 2032 son que la demanda de gasolinas —Magna y Premium— alcance el millón 40 mil barriles diarios, pero las importaciones promediarán 356.5 mil barriles por día en ese año; la demanda de diésel se situará en 574 mil barriles en tanto que las importaciones ascenderán a 110.1 mil barriles por día, y el consumo de turbosina rondará los 134.6 mil barriles diarios, en tanto que las compras externas serán de 44.6 mil barriles diarios.
En materia de gas natural, de acuerdo con las proyecciones que deja esta administración, se prevé que “para cubrir la demanda nacional en 2032, estimada en 9 mil 920.5 millones de pies cúbicos por día, será necesario importar 3 mil 965 millones”.
En gas LP se espera un incremento en la producción nacional, el cual será insuficiente pues dentro de 15 años la demanda estaría en 316.2 mil barriles diarios, en tanto las importaciones llegarán a 120.4 mil barriles por día.
El problema de las proyecciones radica en que hasta antes de la reforma energética, las compras externas eran mucho más reducidas:
En 2000 se importaban 90.5 mil barriles diarios de gasolinas; 27.6 mil barriles de diésel; 231 millones de pies cúbicos de gas natural; 120 mil barriles de gas LP, y apenas 4 mil barriles diarios de turbosina.
