El gas está haciendo quedar mal al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien incumplió lo que prometió: que los precios del mismo no se iban a incrementar en términos reales, es decir, más allá de la inflación.

“No hemos aumentado en términos reales el precio de estos combustibles [gasolinas] ni el del gas, ni [el de] la electricidad”, aseguró el Mandatario apenas este jueves en la edición 85 de la Convención Bancaria.

Si bien las gasolinas y electricidad se mantienen por debajo de la inflación en lo que va de esta administración, no ha sido así en el caso del gas, cuya versión LP es utilizada por 78% de las familias mexicanas, y el gas natural, por 8%.

Del 1 de diciembre de 2018 al 15 de marzo de 2022, es decir, durante los primeros 39 meses y medio de la autollamada Cuarta Transformación, el precio promedio del gas doméstico LP acumula un incremento de 21.8% en todo el país.

Por su parte, el gas natural suma un aumento de 26.8%, de acuerdo con los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Ambas alzas son mayores a la inflación, cuya tasa acumulada durante este periodo ha sido de 16.9%.

Utilizando los datos oficiales del gobierno federal, provenientes de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), el gas LP se vendía en promedio a 19.53 pesos por kilogramo el 1 de diciembre de 2018, cuando tomó posesión el Presidente.

Sin embargo, el energético llegó a 23.63 pesos el 28 de febrero pasado, siendo el último dato disponible. Esto representa un incremento de 21% en lo que va de este gobierno, también superior a la inflación.

El pasado 4 de marzo, el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Rogelio Ramírez de la O, reconoció que se debe atender el precio del gas; sin embargo, mencionó que por el momento “estamos muy ocupados con lo del IEPS a gasolinas”.

Al inicio de su administración, el presidente López Obrador planteó 100 compromisos y el número 28 dice: “No aumentar el precio de las gasolinas, el gas, el diesel y la luz más allá de la inflación”.

Sin embargo, los precios del gas están bajo presión creciente desde hace meses, además, la guerra entre Rusia y Ucrania ha llevado a que los consumidores paguen todavía más por el combustible, señalan expertos.

Gonzalo Monroy, analista del sector energético y director de la firma GMEC, explicó que, al igual que en el caso de las gasolinas, el gas es altamente sensible al comportamiento de los precios internacionales del petróleo.

En su opinión, “es imposible saber cuánto tiempo se mantendrá la presión sobre las tarifas del gas doméstico ante la incertidumbre internacional”.

En este momento, ni las políticas de contención internas, como el esquema de precios máximos, pueden garantizar que no haya más aumentos, mencionó Monroy.

“Esto va a depender de lo que dure el conflicto entre Ucrania y Rusia”, agregó.

Pemex informó ayer que el barril de la mezcla de crudos nacionales se vendió en 111 dólares, el doble que al inicio de la administración actual, cuando cotizaba en 54 unidades.

En este mismo lapso, el petróleo estadounidense pasó de costar 53 a 114 dólares.

Todos los ojos se encuentran sobre las naciones productoras de petróleo y en qué medida están dispuestas a aliviar las preocupaciones sobre el suministro y controlar los precios, poniendo fin a sus restricciones de extracción, dijo Norbert Rücker, jefe de Economía e Investigación de la división Next Generation del banco suizo Julius Baer.

En el caso del gas LP, al igual que en el de las gasolinas, la producción de Pemex es insuficiente para cubrir la demanda nacional, por lo que se debe recurrir a compras al extranjero.

La empresa estatal produjo 99 mil barriles diarios de gas LP el año pasado, mientras que el consumo ascendió a 152 mil barriles diarios.

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