Sin hacer un juego de pirotecnia ni entrarle a la carrera de los pronósticos catastróficos, el Banco de México (Banxico) anticipó una caída profunda para la economía nacional de hasta 8.8% para este año, y para el siguiente una recuperación, con crecimiento de 4%.
De materializarse el escenario, se tratará de la peor contracción desde 1932, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) se desplomó 14.8%, y es la expectativa más severa que se hace en lo que va del año.
En la presentación del Informe trimestral de la inflación, el gobernador del Banxico, Alejandro Díaz de León, dijo que cada uno de los diferentes escenarios tiene un grado de afectación en la actividad económica con cierta probabilidad.
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“Estos escenarios ilustran lo que se tiene en materia de actividad económica, con sus propias características y dinámicas; esto será condicional a las acciones que se puedan tomar por el lado de salud y sus implicaciones para la actividad económica”, expuso.
Durante la videoconferencia, el responsable del banco central enumeró los riesgos para el crecimiento que pueden materializarse, como una prolongación del distanciamiento social o medidas más estrictas y episodios adicionales de volatilidad financiera.
También que las medidas de apoyo no sean efectivas para mitigar los efectos en la actividad productiva y secuelas permanentes.
Por el lado de lo que puede contribuir a que mejore la situación, mencionó una efectiva contención del Covid-19, que los estímulos otorgados sean efectivos para la recuperación económica y que la entrada en vigor del T-MEC propicie mayor inversión a la esperada.
La nueva previsión del banco central presentó un ajuste drástico, dado que la anterior estaba muy rezagada y todavía contemplaba un crecimiento para la economía en 2020, con un intervalo de entre 0.5% y 1.5%, mientras que para 2021 estaba entre 1.1% y 2.1%
La expectativa de la Secretaría de Hacienda calcula para 2020 un rango que va de una contracción de 3.9% a un avance de 0.1%; para 2021 un crecimiento entre 1.5% y 3.5%.
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El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima un retroceso de 6.6% para este año, y un crecimiento de 3% para 2021.
El Banco Mundial anticipa una caída de 6% este año, y una recuperación de 2.5% al siguiente.
Con ello, la recesión profunda de 8.8% del Banxico es la más dura de las anteriores, sin contar las que cada día hacen bancos privados.
“En cuanto a las expectativas de analistas si están revisando permanentemente con mucha frecuencia que a veces parece una carrera de haber quién revisa más rápido o con más pirotecnia, creo que al final del día esto refleja la incertidumbre a la que estamos sujetos, la dimensión del choque”, dijo Alejandro Díaz de León.
Reconoció que muchos tienen que hacer escenarios puntuales en sus pronósticos, pero en el caso del banco central optaron por la estrategia de tres escenarios porque no cuentan con elementos probabilísticos para inferir de manera estadística y con base en el pasado.
La profunda caída de la economía mexicana que provocará el Covid-19 tendrá otra víctima mortal: el empleo. Hasta 1.4 millones de trabajos se fulminarán durante este año, anticipó el Banco de México.
Esta destrucción equivale a borrar del mapa la nómina de 11 instituciones del sector público federal.
Si se materializa la previsión más pesimista del Banxico será como acabar con los trabajos del IMSS, ISSSTE, Pemex, CFE y las secretarías de Defensa Nacional, Educación Pública, Salud, Hacienda, Comunicaciones y Transportes, Agricultura y Gobernación.
Si se compara con la población de algún estado, significa extinguir a los habitantes de Baja California Sur y Colima, que suman 1.5 millones, o la de Aguascalientes, que por sí sola tiene 1.4 millones de pobladores.
“Se presenta una revisión a la baja en cuanto a los puestos de afiliados en el IMSS”, destacó el gobernador central, Alejandro Díaz de León, al dar a conocer el Informe trimestral de la inflación.
En el documento se expone que la incertidumbre en torno a las previsiones de crecimiento se traduce, a su vez, en dudas respecto a las expectativas para la variación del número de puestos de trabajo registrados en el IMSS.
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Esto significa que el banco central sólo está cuantificando las pérdidas de plazas del mercado formal. Expertos prevén que se pierda una cifra similar de trabajos informales.
De acuerdo con el reporte, en 2020 puede observarse una variación negativa de entre un millón 400 mil y 800 mil puestos de trabajo; para 2021 se puede presentar una variación de una pérdida de 200 mil empleos y la creación de 400 mil.
En el informe se pone de relieve que los choques derivados de la pandemia han sometido al mercado laboral mexicano a un alto nivel de estrés inédito.
El empleo formal registrado en el IMSS sufrió una destrucción significativa en marzo y abril, y se concentró en los rubros más expuestos a la suspensión de actividades no esenciales durante la emergencia.
Pone de manifiesto que la literatura económica ha mostrado que los trabajadores que se separan temporalmente de sus puestos no sufren reducciones notorias en sus salarios al volver, pero los que se separan permanentemente padecen pérdidas significativas. De ahí la importancia de políticas públicas que protejan las relaciones laborales.