México sufrió una salida de capital golondrino por segundo año consecutivo, siendo el mayor retiro desde el gobierno de Ernesto Zedillo.
Inversionistas extranjeros tenían en sus manos 80 mil millones de dólares en deuda del gobierno al cierre del año pasado, mientras que en 2020 contaban con 95 mil millones y en 2019 poseían 114 mil millones.
Es decir, en los últimos dos años han retirado 34 mil millones de dólares o 30% del total, de acuerdo con información del Banco de México (Banxico).
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Se trata de la mayor salida de extranjeros desde la administración de Ernesto Zedillo, cuando el país sufrió una fuga de capital golondrino tres años seguidos.
La deuda del gobierno en manos de extranjeros pasó de 3 mil millones de dólares en 1997 a 935 millones en 2000.
Sin embargo, a diferencia de ese entonces, la deuda soberana de México cuenta hoy con grado de inversión por parte de las principales calificadoras, así como finanzas públicas sanas, explicó Ernesto O’Farrill, presidente de Grupo Bursamétrica.
“En lugar de salir, debieron ingresar 30 mil millones de dólares el año pasado, pues había un exceso de liquidez a escala mundial y mayor apetito por riesgo, debido a la política monetaria ultraflexible de Estados Unidos y otras naciones con economías desarrolladas”, dijo.
Desde su punto de vista, la salida de dinero en 2021 respondió a la desconfianza en la política interna del país y la degradación en la calificación de Pemex.
La falta de respeto al Estado de derecho, el aumento de los problemas de inseguridad, la propuesta de reforma eléctrica y las acciones tomadas contra algunas empresas han generado desconfianza entre inversionistas globales, comentó.
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El analista de MetAnálisis, Gerardo Copca, coincidió en que la desinversión de extranjeros en 2021 pudo estar relacionada con temores sobre la calificación de Pemex y sus implicaciones para la administración pública.
No obstante, expuso que varios foráneos tomaron sus posiciones en México para invertir en las bolsas de valores, dados los buenos resultados de las empresas y en la búsqueda de obtener rendimientos reales positivos ante la fuerte inflación.
En opinión de O’Farrill, la salida de extranjeros se va a acelerar durante este año debido a que los principales bancos centrales comenzarán a reducir sus estímulos; en particular, la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos eliminará completamente las compras mensuales de activos e iniciará el temido ciclo de alzas de su tasa de interés, cuyo nivel se encuentra en mínimos históricos de 0% a 0.25% desde marzo de 2020.
“Se puede estimar otra salida gradual y ordenada de 30 mil millones de dólares en 2022, motivada por la desarticulación de las políticas monetarias”, dijo.
Reconocidos por ser los instrumentos de deuda más utilizados por el gobierno, los Bonos M reportan la mayor retirada de extranjeros, con un saldo negativo de 14 mil millones de dólares tan sólo el año pasado.
Le siguen los Cetes, considerados los instrumentos más fáciles de intercambiar, con una desinversión cercana a 2 mil millones, mientras los Bondes D tuvieron una salida de casi 500 millones.
Los únicos activos de deuda que muestran un saldo positivo son los Udibonos, que son utilizados para cubrirse de la inflación y reportaron una entrada cercana a mil millones de dólares en 2021.
O’Farrill previó que Banxico va a seguir subiendo su principal tasa de interés durante 2022 para tratar de mantener el premio por invertir en el país, cuyo nivel puede llegar a 6.50% a finales de año, desde su valor actual de 5.50%.
Estimó que el tipo de cambio al mayoreo va a fluctuar entre 21 y 22.50 pesos por dólar durante este año, debido a la subida de tasas en Estados Unidos y la retirada de capitales.
“Es muy difícil que el dólar toque niveles por debajo de 20 pesos durante este año”, dijo.
En 2021 el peso se depreció 2.8% o 56 centavos y cerró en 20.47 unidades por dólar, siendo el segundo año seguido de pérdidas para la moneda mexicana.