Los exportadores de banana en Ecuador, los productores de carne en Colombia y los importadores de fertilizantes en Brasil enfrentan un problema similar: la invasión de Rusia en Ucrania ha puesto en riesgo sus negocios.
Aunque el volúmen de negocios de Rusia con América Latina es bajo en comparación con otras regiones del mundo, hay ciertos sectores productivos que se están viendo afectados por la guerra.
Moscú y Kiev compraban casi la cuarta parte de las bananas que exporta Ecuador, pero con la devaluación de la moneda rusa y el descalabro económico, temen que su negocio enfrente duras consecuencias.
Lee también FMI advierte que economía de Ucrania se hunde y peligra la seguridad alimentaria mundial
Brasil importa cada vez más fertilizantes para sembrar soya y otros productos agrícolas. Como sus dos grandes proveedores son Rusia y China, si se quedan solo con uno, tendrán muchas dificultades para conseguir el producto en otros mercados.
En los últimos días el fabricante brasileño Embraer anunció que suspende su servicio de mantenimiento, reparación de piezas y soporte técnico en Rusia, mientras que el mexicano Grupo Bimbo, una de las panificadoras más grandes del mundo, dijo que ha suspendido las ventas de sus productos en Rusia, así como las inversiones en ese país.
Por otro lado, hay casos de pequeñas empresas en toda la región que se quedaron sin clientes para exportar a Rusia y Ucrania.
Pero lo cierto es que los volúmenes de intercambio comercial son bajos.
Lee también IMEF baja a 1.9% proyección de expansión del PIB
"El comercio con Rusia y Ucrania representa menos del 1,5% de las exportaciones e importaciones totales de bienes de las principales economías latinoamericanas", le dice a BBC Mundo Nikhil Sanghani, economista especializado en América Latina de la consultora británica Capital Economics.
Rusia exporta más productos a América Latina de los que importa.
El año pasado Rusia exportó US$11.000 millones a la región, mientras que Latinoamérica le vendió productos por un valor de US$8.500 millones, según el Observatorio de Complejidad Económica, (OEC, por sus siglas en inglés), una plataforma que analiza datos de comercio internacional.
La mayor parte de las exportaciones rusas a América Latina llegan a Brasil y México, las dos mayores economías de la región.
El año pasado los principales productos que Rusia le vendió a América Latina fueron fertilizantes, acero, petróleo refinado y las vacunas Sputnik, según el OEC.
La delantera la llevan, de lejos, los fertilizantes, un sector que concentra el 40% de los envíos rusos a la región.
El acero ocupa el segundo lugar entre los productos rusos más exportados a Latinoamérica y es México el país que más lo compra.
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con Brasil, México importa el producto desde distintos mercados y el acero ruso ocupa solo una parte del total de sus importaciones.
En ese sentido, México está menos expuesto a los golpes económicos de la crisis.
Los productos más exportados a Rusia desde la región son frutas, verduras, carnes y pescado.
Entre los países con mayores nexos comerciales, Brasil les envía soya, carne, tabaco y café; México exporta autos, computadoras, cerveza y tequila, mientras que Ecuador le vende bananas, flores y camarón.
"El impacto de la guerra no es directo, está más relacionado con los efectos de esta crisis en la economía global", señala Daniel Kerner, director para América Latina de Eurasia Group, una consultora de análisis político y económico.
Con la guerra, los precios de las materias primas se han disparado, especialmente el petróleo, los productos agrícolas y los metales.
A primera vista eso beneficia a países petroleros como Brasil, Colombia y Ecuador, y a países exportadores de granos como Brasil y Argentina.
"Si uno mira la historia económica, en general, cuando los precios de los commodities son altos a Latinoamérica le va bien", dice Kerner en diálogo con BBC Mundo.
De hecho, suele generar un gran alivio fiscal. El problema es que esta vez la suba de precios viene acompañada de inflación y de bajo crecimiento económico, y por lo tanto, el escenario es diferente, explica el experto.
Gilberto García, economista en jefe del Observatorio de Complejidad Económica, dice que, sin lugar a duda, el aumento del precio de los productos energéticos y agrícolas afectará a Latinoamérica.
"Aunque el comercio entre América Latina y Rusia es bajo, la guerra tendrá un impacto", le comenta a BBC Mundo.
Incluso para aquellos países que exportan petróleo, por ejemplo, los beneficios a mediano plazo se pueden evaporar, considerando que cuando sube el crudo en los mercados internacionales, se produce un efecto en toda la cadena productiva y eso hace que los productos que compra el consumidor final sean más caros.
Lo mismo con la comida: los que exportan soya a mejor precio, luego importan productos alimenticios más caros.
"Al final es como el perro que se come la cola y se siente bien, es decir, vendes más commodities y sientes que estás recibiendo más dinero, pero a la vez, esos mismos commodities los tienes que usar para fabricar o importar otros productos a un mayor precio", explica.
Un buen ejemplo es México, país que exporta petróleo, pero importa una cantidad importante de gasolina.
A Juan Carlos Martínez, profesor de Economía en la universidad IE Business School, en España, le preocupa el aumento de precios en Latinoamérica y el resto del mundo.
"Evidentemente se va a producir un contagio inflacionario en las economías latinoamericanas que ya tenían la inflación elevada".
En efecto, desde mucho antes de la guerra, la inflación había escalado en la región.
Para tratar de controlarla, los banco centrales venían subiendo aceleradamente las tasas de interés, es decir, el costo de pedir dinero prestado.
Pero ahora, es probable que esa subida de las tasas siga adquiriendo más fuerza.
"Ya sabemos que tasas demasiado alta frenan el crecimiento económico de un país", apunta Martínez.
Venezuela es una excepción en el comercio con Rusia dentro del panorama regional, dice Daniel Kerner, de Eurasia Group.
"Para Venezuela Rusia sí es importante porque el país ha quedado aislado de todo por las sanciones económicas", que pesan sobre el gobierno de Nicolás Maduro.
"Y como la relación de Venezuela con China está enfriada, entonces Rusia es uno de sus principales aliados y fuente de venta de armamento", agrega el analista.
Kerner plantea que antes de la guerra, la región venía enfrentando un enorme descontento social con los gobiernos en casi todos los países, debido en parte a los efectos de la pandemia.
"La suba de precios políticamente siempre es mala para los gobiernos. Y esto está ocurriendo en un contexto en el que ya la gente estaba molesta", apunta.
Benjamin Gedan, director adjunto del Programa Latinoamericano del centro de estudios Wilson Center y profesor de la Universidad Johns Hopkins, en EE.UU., argumenta que los gobiernos que han mostrado mayor cercanía con Rusia, sufrirán mayores consecuencias.
"Los regímenes parias en América Latina que dependen de Rusia se verán perjudicados por la invasión de Ucrania", dice en diálogo con BBC Mundo.
Países como "Cuba, Nicaragua y Venezuela dependen de Rusia para evadir las sanciones de Estados Unidos, y esos vínculos financieros se ven complicados por las sanciones que ahora ha impuesto Washington contra Moscú".
Y, por otro lado, los gobiernos de América Latina que esperaban profundizar los lazos económicos con Rusia "tendrán que congelar esos planes".
Justo antes del comienzo de la guerra, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, había visitado a Vladimir Putin en Rusia.
Además de agradecerle el envío de vacunas Sputnik en los peores momentos de la pandemia de covid-19, Fernández anunció nuevos vínculos económicos y dijo que Argentina sería la "puerta de entrada" de Rusia en América Latina.
En un tono similar, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ofreció la "solidaridad" de su país con Rusia.
En el actual escenario, no se sabe cómo evolucionarán las relaciones comerciales y políticas entre Rusia y esos dos países sudamericanos.
Gedan coincide con Kerner es que la inflación puede tener un fuerte impacto político, especialmente con el aumento en el precio de los alimentos.
"En la región hay un fuerte descontento", argumenta Gedan. "Aparentemente podrían estallar protestas a gran escala en cualquier momento y en cualquier lugar".
Ahora puedes recibir notificaciones de BBC Mundo. Descarga la nueva versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.