La pandemia de Covid-19 abrió una oportunidad en la industria de la confección de México al aumentar la demanda de prendas de vestir para usarse en el trabajo a distancia, con la ventaja de que hay proveedores nacionales de hilos y telas, dijo el presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive), Emilio Penhos.
Expuso que, por el confinamiento, estrategia que inició desde marzo de 2020, así como también por el home office (teletrabajo), hubo cierres de tiendas departamentales y boutiques, lo que se tradujo en caída de ventas en categorías como uniformes, trajes de vestir, camisería y vestidos de fiesta, entre otras.
Sin embargo, hubo un auge en categorías como homewear (ropa de casa) o prendas casuales, athleisure (ropa atlética con poco de más lujo), pero el confinamiento también benefició a la lencería, así como tops, sudaderas, mallones, dijo en entrevista con EL UNIVERSAL.
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“Lo que busca ahora la gente es ropa para videoconferencias y trabajo en casa. Las personas quieren estar cómodas, pues están sentadas mucho tiempo, y moverse con facilidad. Ha crecido la venta de productos que tienen que ver con tejido circular, pants, playeras, sudaderas, entre otros”, explicó.
Penhos, quien fue elegido la semana pasada como presidente de la Canaive, se refirió a las afectaciones que el sector enfrentó a causa de la pandemia y el confinamiento, lo que provocó que las tiendas bajaran la cortina.
Afirmó que, “de forma general, sí podemos ver que tenemos caídas importantes en general en tiendas departamentales derivadas de los cierres. Hay categorías que se han visto beneficiadas como lencería, atléticos, homewear, athleisure, mallones, tops, sudaderas”.
Expuso que la industria sufre las consecuencias de los semáforos epidemiológicos rojos por la emergencia sanitaria y el confinamiento, pero también por la existencia de la economía informal.
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Penhos añadió que el año pasado muchas empresas decidieron fabricar cubrebocas y batas, porque pensaron que iban a ser productos de gran demanda, pero las ventas fueron menores.
Por ejemplo, comentó, una empresa que produce trajes de caballeros vende cada uno a un precio de entre 2 mil y 3 mil pesos, así que por más millones de piezas de cubrebocas o batas que se fabricaran, era difícil cubrir el hueco que dejaba la venta de sus productos usuales.
Una de las ventajas que tiene la industria de la confección mexicana es que se cuenta “de forma natural” con el abasto de tela para hacer ropa deportiva.
“Ha tenido que ser (proveeduría) nacional, y los proveedores de estas telas e hilos para estas prendas son muy fuertes en México. Esto ha sido bueno para las empresas textiles”, destacó Penhos.
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Dijo que, así como hay oportunidades para la industria textil, hay retos porque se sigue presentando la importación de productos subvaluados, lo que representa una competencia desleal para las empresas del sector.
Además, se mantiene el reto de la pandemia, agregó, pues en medio de esta situación las empresas deben aprender a vender sus productos en línea.