Davos.— La rivalidad comercial de Occidente con China por las energías verdes y el futuro de Brasil, que prometió reforzar la democracia después del asalto contra sus instituciones, marcaron este martes el arranque del foro de Davos, que reúne cada año en Suiza a la élite económica y política mundial.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, criticó los esfuerzos de las industrias europeas de tecnologías limpias por atraer a China, mediante subvenciones que, según ella, “distorsionan” el mercado.

“Cuando el comercio no es justo, nuestras reacciones deben ser más enérgicas”, afirmó, apuntando a China, pero también a Estados Unidos, donde hay en marcha un gran plan de inversiones climáticas del presidente de la Unión Americana, Joe Biden.

“Nuestro objetivo debe ser evitar cualquier perturbación en el comercio y la inversión transatlántica”, añadió.

El plan de Biden, llamado Inflation Reduction Act (IRA), prevé cuantiosas subvenciones para empresas estadounidenses del sector de vehículos eléctricos o energías renovables y podría ser causa de fricciones comerciales.

El viceprimer ministro chino, Liu He, pidió poner fin a la “mentalidad de Guerra Fría” y reiteró la oposición de Beijing al “unilateralismo y el proteccionismo”.

El foro se celebra en un mundo marcado por la guerra de Ucrania y bajo el lema “cooperación en un mundo fragmentado”.

En este sentido, el nuevo gobierno en Brasil del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva también reclama multilateralismo y estuvo representado en Davos por dos ministros, que prometieron reforzar la democracia, tras el asalto del 8 de enero que puso en jaque sus instituciones, así como equilibrar las cuentas públicas tras la presidencia de Jair Bolsonaro.

“No es confortable para ningún gobierno tener una oposición extremista” reconoció el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, que participó junto a la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, en una sesión dedicada a la “Nueva hoja de ruta” del gigante latinoamericano.

“Tuvimos capacidad de respuesta en pocas horas y eso demuestra que las instituciones están fortalecidas”, dijo Silva.

En el frente económico, Haddad apuntó al gasto del gobierno de Bolsonaro y a su “renuncia” a ingresos fiscales —que evalúa en 1.5% del Producto Interno Bruto de Brasil— como principales causas del “desequilibrio de nuestras cuentas que hay que resolver”, prometiendo sanearlas a partir del año que viene.

Latinoamérica vuelve a ser protagonista en Davos con la presencia de los presidentes de Colombia, Ecuador y Costa Rica y la cuestión de la Amazonia protagonizando muchos debates.

Helena Gualinga, una joven activista indígena ecuatoriana, pidió poner fin a la explotación de energías fósiles.

Junto a las militantes Greta Thunberg (Suecia), Vanessa Nakate (Uganda) y Luisa Neubauer (Alemania), la ecuatoriana de la comunidad kichwa de Sarayaku, en la Amazonia, lanzó esta semana una petición reclamando a las grandes compañías que dejen de explotar las energías fósiles.

En pocos días ya recogió más de 800 mil firmas.

“Es un llamado a decir ‘¡Basta ya!’, basta ya porque lo hemos dicho muchas veces, necesitamos que haya acción urgente”, dijo en una entrevista.

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