El Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero (CESF), que preside el secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Arturo Herrera Gutiérrez, expresó su apoyo para encontrar las mejores alternativas de solución para la reforma a la Ley del Banco de México (Banxico) en materia de captación de divisas.
Lo anterior, en un marco de respeto a la autonomía del banco central y a la integridad del sistema financiero mexicano, ponderó el consejo, en el cual participa el gobernador del Banxico, Alejandro Díaz de León.
Todos los integrantes del CESF destacaron la importancia del espacio de análisis y reflexión establecido por el Congreso de la Unión, luego de que en la Cámara de Diputados pospuso el análisis y aprobación de la reforma que aprobó el Senado para obligar a Banxico a absorber los dólares en efectivo del sistema financiero sin conocer su procedencia legal.
En el consejo participaron, además de Herrera y Díaz de León, el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, los subgobernadores del Banxico, Irene Espinos y Javier Guzmán; el presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Juan Pablo Graf; el presidente de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, Ricardo Ochoa; el presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, Abraham Vela, y el secretario Ejecutivo del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario, Gabriel Limón.
Durante la última reunión de 2020, se actualizó el balance de riesgos y se analizaron los retos del sistema financiero frente a la pandemia por el Covid-19.
Se reconoció que si bien algunos riesgos de la banca y otros intermediarios financieros se han mantenido acotados, el consejo seguirá atento al desempeño del riesgo de crédito asociado a dichos sectores.
Precisó que en algunas instituciones persisten elementos de vulnerabilidad específicos asociados a la concentración de sus fuentes de financiamiento, pero no se mencionó cuáles.
También advirtió que se mantienen los riesgos de una recuperación más lenta de la economía nacional, una posible recomposición de flujos internacionales hacia activos de menor riesgo y posibles ajustes en la calificación crediticia soberana y de Pemex, si bien estos últimos se han mitigado con las reafirmaciones recientes de la calificación por parte de las agencias Fitch Ratings y S&P Global Ratings.
