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Rescatar a Petróleos Mexicanos (Pemex) es una de las prioridades de esta administración, por todas las implicaciones que la empresa tiene sobre la economía, las finanzas públicas y hasta por cuestiones de seguridad.
Desde su campaña para la búsqueda de la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador insistió en la necesidad de devolverle el papel protagónico que por décadas jugó sosteniendo a la economía, pero también arrebatándola de manos de gobiernos, funcionarios e inversionistas que la vieron como “botín y caja chica”.
Entre los planes del nuevo gobierno está rescatarla de la crisis financiera y de la baja productividad que la carcome.
El enfoque principal, desde la dirección de la empresa que encabeza Octavio Romero Oropeza, y desde la Secretaría de Hacienda, es mediante un plan de emergencia que aumente flujos de inversión en áreas tan sensibles como exploración y producción, así como brindarle beneficios fiscales.
En el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2019 se anunció una capitalización de Pemex por 25 mil millones de pesos.
De acuerdo con cifras de Hacienda, la empresa dispondrá de un presupuesto de inversión por 273 mil millones de pesos para este año, que representa un incremento de 33% respecto a 2018.
La petrolera también recibirá una transferencia de la Secretaría de Energía por 50 mil millones de pesos para arrancar el proyecto de la nueva refinería de Dos Bocas, Tabasco, como parte del paquete presupuestario de este año.
Incluso se espera que este lunes, el Presidente anuncie más medidas económicas para fortalecer las finanzas de la petrolera.
Y si eso fuera poco, el mandatario mexicano no descartó la posibilidad de sacar a Petróleos Mexicanos a la bolsa, una opción que acariciaron otras administraciones, pero que por alguna u otra razón no la concretaron.
