Mientras la emergencia por la pandemia de Covid-19 se ha superado, el farderismo, actividad también conocida como robo hormiga en comercios, está en auge, de acuerdo con datos de empresas de seguridad.
Al inicio de 2023, este delito reporta un aumento de 40%, según ALTO, empresa estadounidense de protección de activos físicos.
Esta práctica consiste en guardarse productos entre la ropa en comercios y retirarse de ahí sin pagar por esa mercancía.
El ilícito es cometido tanto por personas en solitario como en bandas de hasta 20 personas, e incluso hay quienes usan a menores de edad y hasta a mujeres embarazadas para perpetrarlo.
“Por lo general se portan agresivos cuando no logran su cometido, cuando los sorprendes robando los bienes de la tienda (…) Se fajan, se ponen prendas holgadas para meter el producto. Luego llevan niños y los usan de escudo, los cargan [de mercancía] y, cuando los agarras, te dicen que no les hagas nada porque no tienen con quién dejar a sus hijos”, dijo Iván Méndez, quien desde hace más de 10 años labora como personal de prevención de pérdidas en tiendas departamentales y de autoservicio.
Delito menor
Al ser considerado delito menor, los farderos sólo pagan lo que pretendían hurtar y, cuando son puestos a disposición de las autoridades, es común que paguen una multa de hasta 2 mil 500 pesos en el Ministerio Público y así evitan ser vinculados a proceso.
En caso de que se proceda con la vinculación, pueden pasar de ocho meses hasta dos años en prisión, de acuerdo con el Código Penal de la Ciudad de México.
Según datos de la Policía Bancaria e Industrial de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) capitalina, entre enero y abril, elementos de esa corporación detuvieron y presentaron ante el Ministerio Público a un total de 265 personas relacionadas con robo a tiendas departamentales y de autoservicio.