Con base en obras como la refinería de Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía, la inversión destinada a proyectos de infraestructura reportó su mayor alza desde enero pasado, antes de la pandemia de Covid-19.
El Inegi dio a conocer que la inversión fija bruta canalizada a obras de construcción no residencial, relacionada al gasto público en infraestructura, aumentó 3.2% durante agosto, segundo mes de la nueva normalidad.
Significa el cuarto mes consecutivo de avances y la mayor alza desde enero pasado, antes de que se decretara la suspensión de actividades económicas no esenciales para contener la propagación del virus.
Conforme fluyan los planes de inversión pública, la infraestructura energética será el cimiento más sólido en cuanto a obras civiles en el país, aunque será insuficiente para recuperar el terreno perdido por el sector, considera BBVA.
“Será necesario que se permita la participación de la iniciativa privada y se dé certeza a dichas inversiones”, muestra el banco en un informe publicado en septiembre, en el que recalca que la construcción es una de las actividades que más empleo generan y que menos personal cualificado requiere.
En contraste con la inversión en construcción, los gastos realizados en maquinaria y equipo apenas aumentaron durante agosto. Las unidades importadas crecieron sólo 0.6%, mientras que la compra de bienes fabricados en México se incrementó 0.2%.
A pesar de la reciente reactivación, la inversión total todavía está bastante lejos de los niveles registrados hace un año, luego del desplome histórico que tuvo en abril pasado.
El panorama para la inversión de los siguientes meses es incierto y no se descartan nuevas tasas negativas si el rebrote de Covid-19 endurece las medidas implementadas por las autoridades para contener los contagios, dijo Ricardo Aguilar, analista de Invex.
Agregó que, en caso de concretarse, existe la posibilidad de que un nuevo gobierno en Estados Unidos canalice mayores recursos hacia la inversión en energías limpias, lo que no beneficiaría a México.
Desde 2019, la inversión se vio desalentada por decisiones como la cancelación del aeropuerto en Texcoco, la nueva estrategia para el sector energético en la que se eliminan las asociaciones con la iniciativa privada, así como la renegociación de contratos y la lenta ejecución del gasto público que usualmente se observa al inicio de sexenio, opinaron analistas de CitiBanamex.
Los hogares mexicanos mejoraron su consumo por tercer mes consecutivo, aunque de manera más moderada, ante la crisis económica y la lenta recuperación de empleos.
En agosto, las familias compraron 1.8% más bienes y servicios que en julio, cuando su consumo se incrementó 5.4%, de acuerdo con el Inegi.
En particular, la adquisición de bienes fabricados en México creció sólo 1.2%, mientras la compra de productos traídos del extranjero se elevó 2.5%.
La contratación de servicios aumentó 1.3%, probablemente impulsados por mayores niveles de movilidad y mejores condiciones epidemiológicas en el periodo, consideran en Banorte.
Desde que inició la pandemia de Covid-19, los hogares han preferido ser cautelosos y dar prioridad a la compra de productos de primera necesidad, como alimentos y artículos de aseo personal, en lugar de bienes duraderos, como electrodomésticos y automóviles.