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La urgencia de reformas estructurales es más clara que nunca, lo que está ejerciendo presión para mejorar los niveles de vida y el desarrollo económico, según una nueva investigación del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Sin embargo, advirtió que obtener el apoyo social y político será un gran desafío sino se cuenta con una estrategia de comunicación para generar un consenso y tener éxito en la implementación de los cambios de largo alcance.
Al dar a conocer un avance del Capítulo 3 analítico contenido en el informe de Expectativas Económicas Mundiales (WEO por sus siglas en inglés) que dará a conocer la próxima semana, mencionó que realizó un ejercicio de encuestas en algunos países entre ellos México.
Encontró que se necesita mejorar la participación privada y fomentar la competencia en los sectores de la electricidad y las telecomunicaciones.
Atraer la inversión privada es fundamental para reducir las brechas de infraestructura que pueden afectar la capacidad de estas economías para aprovechar los beneficios de la digitalización y las tecnologías de inteligencia artificial.
Estrategias de comunicación, calve para los cambios de largo alcance
Pero para poder lograr esos cambios y otros no sólo en México sino en otros países que lo requieren, se deben diseñar estrategias que contemplen esfuerzos de consulta y comunicación, así como medidas de mitigación para compensar a los afectados por las reformas.
En el capítulo titulado “Comprender la aceptabilidad social de las reformas estructurales”, se pone de relieve que las opiniones de la gente sobre las políticas públicas, y por ende, la aceptabilidad social de las reformas, están motivadas en gran medida por creencias como la confianza en el gobierno y las instituciones.
También por las preocupaciones distributivas y las percepciones sobre sus efectos en sus comunidades, como por ejemplo la disponibilidad general de empleos, el acceso a los servicios públicos para los más necesitados y la seguridad nacional.
Se le tiene que enfatizar sobre el costo de la no adopción de las reformas estructurales necesarias, ya que eso despierta la conciencia de esa necesidad y es mayor el apoyo al cambio de políticas.
Para ello, es imprescindible tener una comunicación fiable sobre los efectos económicos de las políticas, lo que resulta eficaz para corregir percepciones erróneas.
Un ejemplo es proporcionar pruebas basadas en investigaciones sobre el impacto en las tasas de delincuencia, de la concesión de permisos de trabajo a los trabajadores nacidos en el extranjero.
De ahí que el FMI instó a los responsables de las políticas a implementar medidas que fomenten la competencia, faciliten la asignación de recursos a los sectores emergentes y fortalezcan la oferta de mano de obra en medio del envejecimiento de la población.
Se pone de manifiesto que mientras el mundo se enfrenta a un período prolongado de debilidad económica, cambios demográficos y el imperativo de navegar por la transición verde y las convulsiones tecnológicas, la urgencia de las reformas estructurales es más clara que nunca.
sg