Las seis refinerías que opera Petróleos Mexicanos (Pemex) siguen con problemas y no terminan por despegar.
A pesar de que entre 2019 y durante el primer semestre de 2021 se les invirtieron más de 22 mil 600 millones de pesos para su rehabilitación y modernización, establecieron un récord histórico, para un primer semestre, en el número de paros no programados.
Entre el 1 de enero y el 30 de junio reportaron 217 interrupciones en sus operaciones por el exceso de combustóleo producido, entre otras causas, un promedio mensual de 36.1 por complejo y equivalente a poco más de una por día.
Este índice supera al promedio internacional en ocho veces, de acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
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En el primer semestre del año pasado, Pemex Transformación Industrial (TRI) entregó información a la Subsecretaría de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía (Sener) en la que reportó un primer récord de 154 paros no programados en el Sistema Nacional de Refinación integrado por los complejos de Tula, Madero, Salinas Cruz, Cadereyta, Minatitlán y Salamanca, un promedio mensual de 25.6 paros.
De acuerdo con información de esta subsecretaría, el número de paros no programados aumentó 40.9% entre la primera mitad de 2020 y 2021.
El CIEP considera que México cuenta con un sistema de producción y refinación complejo, en el que se extrae crudo pesado, pero se refina crudo ligero.
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Explica en su ensayo Factores que inciden en la industria de refinación en México, que la principal causa por la que las refinerías nacionales operan por debajo de su capacidad instalada es el número de paros no programados, lo que puede suceder por la falta de suministro de hidrógeno, agua, vapor, electricidad, así como por fallas en los equipos y/o retrasos en mantenimiento de los equipos.
Asegura que el promedio internacional del índice de paros no programados es de 4.5, de manera que Pemex tiene hasta ocho veces más paros no programados en sus refinerías que el promedio mundial.
A baja capacidad
El repunte de esta situación impide a las refinerías que opera la petrolera puedan, al menos, alcanzar 50% de su capacidad instalada, y en el primer semestre del año promediaron 43.39%.
Si bien, según se desprende de la Base de Datos Institucional de Pemex, la producción de gasolinas ha tenido un repunte importante entre el primer semestre de 2020 y primeros seis meses de este año, al pasar de 197.6 mil barriles diarios a 227.9 mil barriles, un incremento de 15.3%, aunque la de combustóleo, producto que nadie quiere comprar por su alto contenido de azufre y que ni CFE quiere emplear para generar electricidad, creció 59.6% en el mismo periodo.
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Esto confirma la tendencia que ya se venía observando desde agosto del año pasado:
Pemex produce en sus refinerías más basura que gasolinas.
En los primeros seis meses de este año la producción de gasolinas alcanzó un promedio de 227.9 mil barriles diarios, pero el combustóleo promedió 246 mil barriles por día.
Es decir, por cada barril de gasolina extraída del procesamiento de petróleo crudo en las refinerías que opera Pemex, se obtiene 1.078 barriles de desecho (combustóleo).