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A pesar de que siete de cada 10 adultos mayores en México reciben ingresos por pensión, jubilación o programas sociales, éstos no han sido suficientes para erradicar la pobreza en esa población, advirtió el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
En México, 7.2 millones de personas de 65 años o más, de un total de 10.4 millones, recibieron ingresos por pensión (por jubilación o programas sociales) en 2018. Sin embargo, 38.3% de ellos se encontraba en pobreza y cerca de la mitad, 47.6%, no contó con ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas.
Ayer, al celebrarse el Día Nacional de la Persona Adulta Mayor, el consejo presentó el documento Pobreza y Personas Mayores en México, en el cual se identifican características demográficas, sociales y económicas, y se analizan los principales factores que influyen en su situación de pobreza y de vulnerabilidad.
El alto número de personas de 65 años o más con ingreso insuficiente para satisfacer sus necesidades básicas o sin acceso a pensión por jubilación (contributiva) ha vuelto imprescindible la creación de programas sociales contra la pobreza en la vejez.
Estos planes son financiados con recursos fiscales de impuestos generales y se conocen como pensiones no contributivas.
La población adulta mayor experimenta, en promedio, menos carencias sociales que el resto de las personas, pero la desigualdad en el ingreso provoca que haya ciertos sectores con mayor incidencia de pobreza; por ejemplo, quienes no reciben ingresos de pensión por jubilación.
En 2019 se implementaron cambios al ahora denominado Programa de Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores. El principal ajuste fue duplicar el monto de la pensión, lo que significó un aumento en el ingreso de la población beneficiaria. Sin embargo, es necesario fortalecer acciones de participación comunitaria del programa y de protección social, así como el acceso a los servicios de salud.
El Coneval recomienda que se lleven a cabo acciones que mejoren las condiciones laborales de este grupo de población, ya sea con subsidios al empleo o mediante una mayor incorporación de este grupo a programas sociales de pensión.
En opinión del consejo, es importante modificar el Sistema de Ahorro para el Retiro, asegurar mayores aportaciones obrero-patronales y contar con mecanismos que garanticen un ingreso mayor a lo mínimo necesario para la población mayor.
Asimismo, es necesaria la expansión del mercado laboral formal y la extensión de cobertura de seguridad social a quienes trabajan en el sector informal, destacó, pues es crucial que la población ocupada cuente con opciones atractivas y viables de ahorro para el retiro y que, con esto, sean más quienes cuenten con seguridad social y pensión.
La construcción de políticas para garantizar el acceso a derechos de la población mayor enfrenta algunos desafíos, advierte el Coneval: en primer lugar, garantizar la satisfacción de necesidades básicas, así como el acceso a derechos sociales.
Al mismo tiempo, se deben anticipar las condiciones que enfrentarán los jóvenes que se retirarán con el régimen actual y encontrar medidas de protección social mínima, que deben contar con medidas sostenibles para su financiamiento.