La subida de tasas en Estados Unidos para contener la inflación abrió la posibilidad de una recesión en la economía del principal socio comercial de México, lo que impactaría sobre todo a los cinco estados que comparten frontera.
Entre enero y marzo de este año, estas cinco entidades contribuyeron con 52.7% del valor total de las exportaciones de mercancías con el sello Made in México, de acuerdo con el Inegi.
Destaca Chihuahua, con 14.3% del valor de las ventas al extranjero; seguido de Coahuila, cuya aportación llega a 11.8%; Baja California, 10.3%; Nuevo León, 9.5%; y Tamaulipas, 6.8%.
“El ciclo económico de las manufacturas mexicanas y con ello, de las exportaciones, dependen del ciclo industrial de Estados Unidos, por lo que una potencial recesión si llegará a afectar a la industria manufacturera mexicana y debilitaría las exportaciones de estas entidades”, explicó José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (Idic).
De acuerdo con sus cálculos, la correlación entre los ciclos económicos de la industria mexicana y de la Unión Americana supera 85%, cuyos efectos tardan en llegar entre 30 y 45 días máximo. Es decir, hay una estrecha vinculación que, hasta el momento, ha sido el motor del crecimiento del país, pero que ante una potencial recesión puede constituirse en una limitación para la recuperación de la economía nacional.
En particular, la fabricación de equipo de transporte en los primeros tres meses del año participó con 39.2% del valor total de las exportaciones manufactureras.
Los estados con mayor aportación fabril fueron Coahuila, con 22.2%; Guanajuato, 12.2%; Nuevo León, 9.3%; Chihuahua, 8.2%; y Puebla, 8%. Este grupo concentró seis de cada 10 dólares que exportó la industria automotriz, la joya de la economía mexicana.
El segundo segmento manufacturero que contribuye más en las ventas al exterior es el del equipo electrónico, con 19.8% del sector.
Las exportaciones en México están relacionadas a grandes empresas, en su mayoría trasnacionales, que han consolidado cadenas productivas geográficamente integradas, situación que forma parte de la industria automotriz, maquinaria, así como equipos eléctricos y electrónicos o de cómputo, y que están vinculadas al mercado interno de Estados Unidos, siendo el principal destino de los artículos, explicó De la Cruz.
Sobre la posibilidad de una recesión en Estados Unidos, el especialista consideró que, con la información que se tienen hasta el momento, se permite plantear sólo una desaceleración, es decir, un crecimiento económico más lento que el año pasado.
“Creo que ahorita se puede hablar de una desaceleración, me parece que eso sí ya es un hecho, pero dependerá de cómo responda la economía de Estados Unidos y qué precisiones se tomen en materia de política monetaria con la Reserva federal, así como de política fiscal con el gobierno de Joe Biden, para ver si logran un aterrizaje suave”, estimó De la Cruz.
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