Con 80 votos unánimes, el pleno del Senado aprobó inscribir en su salón de sesiones, con letras doradas, el nombre de Rudesindo Cantarell , el pescador que descubrió el mayor yacimiento de petróleo en territorio mexicano.
Así se busca homenajear a un hombre que permitió el establecimiento del complejo petrolero Cantarell —uno de los más grandes del mundo—, que genera cerca de dos millones de barriles diarios, señaló la senadora Rocío Adriana Abreu Artiñano.
Sin embargo, en una entrevista de 2020 para BBC Mundo, el cineasta Rubén Imaz señaló que, aunque el nombre les resuena a los mayores, "su historia y su persona la conocen unas tres personas" , por lo que aquí la repasamos, según la recoge el portal de la BBC.
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Rudesindo Cantarell Jiménez, nacido en 1914, fue un hombre cuya vida estuvo en el mar y en la pesca, como la de muchos otros campechanos.
Desde los 10 años, su padre lo llevaba a trabajar en pequeñas canoas y embarcaciones de la región, pero también a bordo de grandes buques, en los que llegó hasta Estados Unidos y Canadá; uno de ellos, el "Centenario del Carmen", fue donde llevó a cabo su hallazgo.
Y es que, en 1958 y a sus 44 años, Cantarell vio por primera vez una mancha negra en las aguas de Campeche.
Otros pescadores suponían que se trataba de alguna nave naufragada, pero él sospechaba que era "chapo", y se lo guardó durante casi una década. No se sabe si mantuvo el silencio por desinterés o porque los camaroneros querían evitar que la industria petrolera llegara a Ciudad del Carmen.
No obstante, en 1968 Cantarell estaba vendiendo pescado en el puerto de Coatzacoalcos, Veracruz, donde contó a los lugareños que había encontrado petróleo, y estos le sugirieron dar aviso a Petróleos Mexicanos ( Pemex ).
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Guiados por el pescador, los ingenieros Javier Meneses, Serafín Paz y Mario Galván confirmaron, en 1971, que a menos de 100 kilómetros de las costas de Campeche se hallaba un yacimiento como ningún otro en la historia del país.
Se calculó que había unos 40 mil millones de barriles , un tesoro que en su época sólo estaba por debajo del campo petrolero Ghawar, en Arabia Saudita, y a través de los pozos Bacab, Abkatun, Ku, Maloob, Akal y Nohoch se llegó a producir, en los 80, casi un 40 por ciento de todo lo que entonces extraía México.
El apellido de Cantarell se convirtió en sinónimo de riqueza, por lo que la petrolera estatal, en medio de aplausos, le entregó una medalla de oro con motivo del 40 aniversario de la nacionalización petrolera —con la frase "el petróleo es nuestro"—, además de que le prometió un empleo.
Lo anterior debido a que la invasión de la industria petrolera en Ciudad del Carmen había confirmado los temores de los camaroneros: unos mil barcos pesqueros ya no pudieron navegar por ahí.
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Rudesindo Cantarell recibió un empleo como auxiliar de limpieza , sin contrato fijo, en un laboratorio de Pemex en Campeche, y, aunque enviaba cartas a ejecutivos de la petrolera y al gobierno federal, nunca recibió una mejora salarial ni un mejor puesto.
Finalmente, el hombre que llevó a Pemex a su mayor descubrimiento falleció, en mayo de 1997, a los 82 años, con un patrimonio escaso y sin que su historia fuera conocida por más de unas cuantas personas.
De acuerdo con BBC News Mundo, el Complejo Cantarell llegó a su máxima producción en 2003, y desde entonces se ha encontrado en caída constante .
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