Las economías más grandes de América Latina se contrajeron en el primer trimestre de 2019 y, de igual manera, las expectativas de crecimiento se vinieron abajo.
Los dos países con estas economías acaban de estrenar presidente cuya doctrina política no puede ser más distinta.
El pasado 1 de diciembre, Andrés Manuel López Obrador rindió protesta como el primer mandatario en la historia democrática de México, perteneciente a una corriente política de izquierda.
En tanto, el 1 de enero de este año, el exmilitar Jair Bolsonaro tomó las riendas de Brasil como el primer presidente de extrema derecha, quien además presume una imagen de líder popular antizquierda.
Pese al contraste, ambos gobiernos decepcionaron a los participantes del mercado, quienes han recortado drásticamente sus pronósticos para el Producto Interno Bruto (PIB) de este año.
A finales de noviembre pasado, el Banco de México (Banxico) estimaba que la economía nacional se expandiría en promedio 2.2% durante 2019, pero ahora anticipa apenas 1.3%.
Sin embargo, el caso de Brasil resulta más dramático, pues en diciembre su banco central esperaba un crecimiento de 2.4%, pero hoy cree que el PIB crecerá sólo 0.8% este año, es decir, una tercera parte que lo previsto inicialmente.
Desde antes de tomar posesión, López Obrador había sacudido la confianza de los inversionistas, cancelando el aeropuerto de Texcoco, asegurando que el poder político volverá a estar sobre el económico.
No obstante, esto sólo fue el principio de una serie de acciones y anuncios que han agudizado la incertidumbre y mermado la confianza en el país, de tal manera que algunos analistas creen que México perderá su calificación de “grado de inversión” por parte de las tres principales agencias, Moody’s, Fitch y Standard & Poor’s.
En cambio, inversionistas se mostraban más optimistas respecto a Bolsonaro, apostando a que bajo su mandato Brasil recuperaría el “grado de inversión” y se lograrían varias reformas económicas, particularmente la relacionada al sistema de pensiones. Sin embargo, ahora los expertos ven difícil que esta reforma se alcance este año y, en caso de lograrlo, estiman que se producirá un ahorro fiscal menor al proyectado.
Al igual que con López Obrador, cada vez más inversionistas creen que Bolsonaro no cuenta con una estrategia de crecimiento para la economía de su país.
Ante estos escenarios, muchos inversionistas ahora se preguntan: ¿Quién crecerá más en 2019? ¿México con Andrés Manuel López Obrador, o Brasil con Jair Bolsonaro?
Para Citigroup, uno de los cinco bancos más grandes de Estados Unidos, México le ganará a Brasil.
La economía mexicana se expandirá 0.9% contra 0.7% de la brasileña este año, según sus pronósticos internacionales.
No obstante, la institución prevé que la administración de Bolsonaro le ganará a la de López Obrador en el mediano plazo.
Brasil avanzará 1.8% en 2020 y 2% cada año de 2021 a 2023. En tanto, prevén que México crecerá 1.5% en 2020, 1.7% en 2021, 2% en 2022 y 2.1% en 2023.
A un año de su victoria electoral, el presidente López Obrador reconoció ayer que la economía mexicana está creciendo poco durante su mandato, pero aseguró que ahora la distribución del ingreso es menos injusta.
En tanto, Bolsonaro concluyó su primer semestre al frente de Brasil calificando como “histórico” el acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea y dijo, eufórico, que “traerá beneficios enormes para nuestra economía”.
Lo que es una realidad es que, de acuerdo con los expertos, ninguno de los dos mandatarios ha generado las condiciones necesarias para la llegada de nuevas inversiones, ingrediente indispensable para un crecimiento económico que traiga bienestar a sus ciudadanos.