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Pese a que se vivieron momentos delicados y de tensión, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que al concluir la renegociación del anteriormente llamado Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) quedó a salvo la soberanía del país, además de que da confianza y tranquilidad a inversionistas.

“Se dan garantías a inversionistas, se evitan riesgos, desconfianzas y se promueven los equilibrios macroeconómicos que permitan mayor inversión y empleos en nuestro país. Es un acuerdo que da confianza a los inversionistas, un acuerdo de mediano y largo plazos”.

Reconoció “el papel visionario y tolerante” del presidente de Estados Unidos, Donald Trump; el buen oficio para el diálogo del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, así como la participación destacada en la renegociación del presidente Enrique Peña Nieto.

“Hemos estado muy pendientes, no hablamos mucho sobre este asunto porque se presentaron momentos de tensión, delicados. Al final se aceptaron nuestras propuestas y debo de reconocer que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tuvo una actitud abierta, tolerante y se logró el acuerdo que considero benéfico para los tres pueblos, las tres naciones y los tres gobiernos”, expresó López Obrador.

Aseguró que aunque todavía no toma posesión, el equipo de transición contribuyó a lograr que se hiciera realidad el acuerdo y dar certidumbre al país, principalmente por la labor que realizó el próximo canciller Marcelo Ebrard.

López Obrador dijo que hubo complicaciones y que habló en varias ocasiones con el presidente Peña Nieto, y en un momento cuando estaba a punto de concluirse el plazo para el acuerdo con el gobierno estadounidense, se estableció comunicación también con Ebrard, quien acudió a Los Pinos.

Aclaró que sin el tratado habría incertidumbre, y es distinto iniciar el próximo sexenio con un acuerdo comercial así.

Además, enumeró los tres elementos más importantes en el acuerdo Estados Unidos, México y Canadá: mejorar salarios de la industria automotriz; dejar a salvo el derecho soberano de México sobre petróleo y electricidad, así como crear condiciones favorables para la inversión y el empleo a mediano y largo plazo.

El equipo de transición, dijo, buscó que quedara a salvo la soberanía de los energéticos porque en un principio era todo un capítulo el que hablaba del tema, pero se cerró sólo con dos párrafos.

Vienen retos: Ebrard. Por su parte, Ebrard celebró los términos del nuevo acuerdo comercial trilateral, pero anticipó que algunas nuevas disposiciones, como los cambios en reglas de origen, “pueden presentar retos de adaptación para las empresas, en particular las pequeñas y medianas”.

Por eso, el gobierno electo impulsará “una nueva política industrial activa para fortalecer el mercado interno, de la mano del sector privado”.

Al fijar la postura de la próxima administración, Ebrard refirió que gracias al acuerdo, “México estará mejor posicionado para dar curso a los programas prioritarios” del presidente electo.

Jesús Seade, representante del presidente electo en las negociaciones, manifestó que como parte del acuerdo México resulta el más competitivo para la inversión proveniente de otras partes del mundo.

Por su cuenta, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal (Morena), acompañado por el subsecretario de Economía, Juan Carlos Baker, entregó en memorias USB a los grupos parlamentarios el acuerdo comercial, el cual dijo será analizado de manera minuciosa, cuidando la soberanía y autonomía de la nación.

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