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"El precio del gas que usamos para cocinar está subiendo a diario. También productos como el aguacate, los limones, la carne, las tortillas", cuenta Ruth Montoya, una mexicana que trabaja en una empresa de preparación de alimentos para comedores industriales.
Esos son algunos de los productos que han empujado un alza inflacionaria anual de 5,8% en México, la segunda más alta de América Latina después de Brasil.
En medio de una lenta recuperación económica en la región, después de un 2020 en que la pandemia provocó una de las peores recesiones en décadas, la inflación ha comenzado a subir.
Una tendencia que va en línea con lo que está ocurriendo en el resto del mundo.
A ese "rebote" económico se suma el aumento en el precio del petróleo, las materias primas y los problemas en las cadenas de suministro global que han provocado el aumento en el precio de los fletes marítimos y escasez de ciertos bienes como los autos, los muebles o los materiales de construcción.
Analizando la situación inflacionaria en las mayores economías de la región, expertos creen que la tendencia alcista podría continuar, así como también el aumento en las tasas de interés por parte de los bancos centrales.
Brasil, México, Chile y Perú ya han comenzado a subirlas, mientras que Colombia podría hacerlo en los próximos meses.
"En América Latina los países experimentaron el año pasado una inusual baja inflación. Ahora está claro que esa tendencia está cambiando", le dice a BBC Mundo Benjamin Gedan, vicedirector del Programa América Latina del centro de estudios Wilson Center, con sede en Washington.
Las expectativas de que la inflación podría volver a sus niveles pre-pandémicos en 2022 "no son un buen consuelo para las familias en apuros, incluidos los latinoamericanos que se sienten frustrados por los productos esenciales que se han vuelto repentinamente inasequibles, incluida la comida", explica Gedan.
Desafortunadamente, agrega el experto, no hay garantías de que la inflación disminuya a medida que los productores se recuperen de los trastornos logísticos provocados por la pandemia.
"Es probable que los precios de las materias primas, por ejemplo, se mantengan altos, al igual que el gasto público, lo que alimenta los temores de que se produzca una estanflación", es decir, un aumento del precio de los productos en una economía estancada.
Las mayores economías de la región registraron en julio una inflación anual de 9% en Brasil, 5,8% en México, 4% en Colombia, 4,5% en Chile, y 3,8% en Perú.
El universo paralelo de Argentina y la devaluación de las monedas
La tercera mayor economía de la región, Argentina, tiene una inflación de 51,8%, la cual está condicionada por otros factores que preceden a la pandemia.
De todos modos, en el contexto de la crisis sanitaria y económica, "Argentina tiene un entorno de mayor inflación debido a políticas fiscales y monetarias más laxas", señala Robert Wood, economista principal para América Latina del centro de análisis Economist Intelligence Unit.
"Argentina ha recurrido a una serie de herramientas no convencionales, incluidos acuerdos de precios y salarios, mecanismos de control de precios y restricciones a las exportaciones en un intento por controlar la inflación", le dice a BBC Mundo.
Sin embargo, esas medidas "han tenido poco impacto sobre la inflación y, en algunos casos, han sido totalmente contraproducentes", apunta el economista, algo que el gobierno de Alberto Fernández refuta.
Otro elemento importante para estar atentos, comenta Wood, es que las monedas de la región se debilitaron el año pasado, lo que provocó un aumento de precios para los consumidores, y aún no han mostrado una recuperación completa.
De hecho, en países como Colombia y Perú la moneda local sigue bastante devaluada.
En Colombia el peso ha caído cerca de 11% frente al dólar este año, uno de los peores descensos junto a las monedas de Argentina, Turquía y Perú.
Más inflación, más suben las tasas de interés
"Claramente ha habido un aumento en la inflación en toda la región en 2021, y los últimos datos muestran que las tasas alcanzaron máximos en muchos años", en Brasil, México, Colombia, Chile y Perú, superando los objetivos de los bancos centrales, dice Nikhil Sanghani, economista especializado en América Latina de la consultora británica Capital Economics.
En la medida que las economías han comenzado a reabrir sus puertas, los patrones de gasto de los consumidores están comenzando a normalizarse, explica Sanghani.
"Eso está elevando los precios de algunos servicios, sobre todo en el sector de la hotelería", agrega, incluyendo alzas en restaurantes y tarifas aéreas.
A ese panorama general se agregan algunas causas específicas en determinados países que impulsan la tendencia inflacionaria.
Por ejemplo, una sequía en Brasil ha dejado los niveles de los embalses en las represas hidroeléctricas en niveles muy bajos, provocando un cambio hacia fuentes de generación de electricidad más costosas.
En otros lugares, como Colombia, las protestas de mayo provocaron bloqueos de carreteras y otras interrupciones del suministro, una situación que influyó en el aumento de algunos precios, como por ejemplo, los alimentos.
Los economistas coinciden en que la inflación continuará subiendo este año en la región, lo que provocará aumentos en las tasas de interés y un empobrecimiento del poder adquisitivo de la población.
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