El año 2024 será de crecimiento económico en terreno positivo, pero con una expectativa de desaceleración a nivel global que pudiera estar impactando a nuestro país a principios del 2025. Puntualmente para el caso de México, se espera un crecimiento económico de alrededor del 3.5% para este año, y una ligera aceleración también para el año 2024, cerrando probablemente en 2.6%.

Este crecimiento resulta insuficiente, es un crecimiento débil comparado con el histórico que se ha registrado en los últimos 30 años, no obstante, es una buena noticia que finalmente en este sexenio la economía mexicana terminará creciendo una tasa por arriba del 0% en cuanto al Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, ya que al día de hoy nos encontrábamos todavía ligeramente por debajo del nivel que con el que se empezó la administración.

Un foco amarillo comienza a ser el costo financiero de la deuda. Lo que pagamos anualmente por el servicio de la deuda pública ronda 3.4% del PIB, que ya es un porcentaje superior a la tasa de crecimiento anual. Lo que se presupuesta para 2024 comienza a reflejar probablemente un riesgo importante, es un año electoral y el sector privado está registrando un déficit de 5 puntos del PIB, lo que va a incrementar el endeudamiento del Gobierno Federal. Por este motivo se hace más urgente que se tomen mejores decisiones en cuanto al gasto público.

En el contexto actual global, el proceso de relocalización de las cadenas globales de suministro y el nearshoring están cobrando gran relevancia en los últimos años, se prevé que pudiera ser una fuente importante de ingresos, generación de empleo y de inversión para nuestro país en los siguientes años, lo que hace todavía más urgentes que las decisiones de políticas públicas se tomen con la mayor racionalidad económica posible.

Hoy México, después de prácticamente 30 años de proceso de integración comercial internacional, se vuelve el socio principal de Estados Unidos y uno de los destinos más atractivos para relocalización de empresas de Asia hacia lugares más cercanos o más amigables a los principales mercados occidentales, como son la costa de Estados Unidos y la Unión Europea. En este sentido, la inversión fija bruta ha registrado un aumento significativo particularmente en el rubro de construcción y especialmente en el sector privado en los últimos meses.

Todavía no se ven las cifras de inversión extranjera directa a un flujo importante, pero lo que sí se ve desde hace varios meses es un aumento en la demanda por insumos o por productos fabricados por empresas mexicanas, es decir, un aprovechamiento de la capacidad subutilizada de empresas mexicanas o empresas ya instaladas previamente en México y estamos hoy en esta fase de expansión, en la que muy probablemente en los próximos años estaremos viendo un incremento importante en los montos de inversión extranjera directa.

Hay algunos sectores que, naturalmente, tendrán una ventaja competitiva en este reordenamiento de las cadenas globales de valor: el sector agrícola, químico, el de ropa y accesorios y similares y, por supuesto, los metales básicos, los electrónicos y las industrias manufactureras.

Por otro lado, este año es importante en términos electorales, no sólo en México, en diversas partes del mundo se están llevando procesos electorales importantes, por mencionar India y Estados Unidos. Todos estos elementos representan más inestabilidad para la economía mundial, por lo cual hay que estar atentos a los diferentes procesos que se lleven en todas estas partes del mundo, manteniendo un especial cuidado en las finanzas públicas mexicanas.

* Profesor del área de Entorno Económico de IPADE Business School.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS

Comentarios

Noticias según tus intereses