La compañía de origen francés HDF Energy presentó al gobierno y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) la propuesta de construir siete centrales de generación eléctrica a partir de la tecnología de hidrógeno verde, lo que permitiría la entrada de 2 mil 500 millones de dólares.
“Confiamos mucho en este plan de inversión, venimos trabajando bastante tiempo en México y lo vemos con buenos ojos. Hoy el hidrógeno es una realidad. Confiamos en el contexto que hay ahora, no observamos ningún obstáculo comercial, no hemos visto mucha competencia en este sector en específico y llegamos a proponerle al gobierno esto. Esperamos cerrar todos los permisos en el primer trimestre del siguiente año”, dijo Cristina Martín, vicepresidenta de América Latina de HDF Energy.
Se trata de siete proyectos en los que la empresa va a invertir para la construcción de las centrales. Posteriormente, lo que busca es que el gobierno adquiera estos activos y la generación de electricidad.
“No queremos competir con el Estado”, aseguró la ejecutiva en entrevista con EL UNIVERSAL.
Estas centrales tienen la capacidad de generar energía a partir de fuentes renovables, y con el hidrógeno verde almacenar y suministrar electricidad en momentos en que no hay viento o sol, eliminando el factor de la intermitencia, con una tecnología denominada fuel cell.
Esa intermitencia es uno de los factores que deja fuera del negocio de la generación a los sistemas renovables en muchos países, pero el hidrógeno verde es una solución en la transición a energías limpias.
En Los Cabos, esta central puede aportar entre 15% y 20% de la generación de ese sistema eléctrico. La construcción podría comenzar el siguiente año para generar energía a finales de 2025 o inicios de 2026.
Este diario buscó a la CFE para conocer su postura sobre las propuestas, pero no estuvo disponible para responder de inmediato.
La empresa llegó al país en 2019 y tiene siete proyectos en su portafolio, tres de los cuales se ubican en Baja California Sur por 840 millones de dólares.
Otro está en el Istmo de Tehuantepec por 500 millones de dólares, mientras que tres más se sitúan en la Península de Yucatán por mil 140 millones de dólares.