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La producción industrial del país se recuperó en agosto, luego del retroceso que tuvo un mes antes con base en el crecimiento en tres de sus cuatro componentes, de acuerdo con el Inegi.
El indicador mensual de la actividad industrial creció 0.8% en términos reales respecto al mes previo, después de que en julio bajó 0.3%, con base en cifras desestacionalizadas. Por componentes, la minería revirtió el retroceso del mes previo, al repuntar 5.2%.
En particular, el rubro petrolero sorprendió con un alza de 4%, mientras que los servicios especializados del sector se expandieron 19.4% con respecto a julio.
El sector de la construcción presentó una recuperación significativa de 2.3%, con todos los rubros positivos, aunque destacando el incremento de 3.2% en la edificación. Por su parte, la transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final reportó un alza mensual de 1.8%.
La fabricación de insumos y acabado de textiles lideraron la contracción, con una baja mensual de 4.9%, seguida por la fabricación de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de electricidad, con una baja de 2.7%.
Llaman la atención los retrocesos en la fabricación de transporte, de 1.7%, así como de la industria alimentaria, con una baja de 0.9%, sobre todo porque ambas actividades concentran 43% de la producción manufacturera. En este contexto y a pesar de la recuperación mensual, la producción industrial cayó 1% en agosto respecto al mismo periodo del año anterior, con lo que acumula 11 meses consecutivos a la baja, con base en cifras ajustadas por estacionalidad.
Por sectores de actividad económica, la minería se redujo 3.4% y la construcción, 2.4%, mientras que se incrementaron la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final, así como las industrias manufactureras, en 2.6% y 0.3% contra agosto de 2018.
Juan Carlos Alderete, economista de Banorte, prevé un panorama mixto para la producción industrial, con un posible impacto adverso por choques externos.