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Con los aranceles que impuso el jueves el gobierno de Estados Unidos (EU) al acero y aluminio de México y Canadá, además de tensar la relación trilateral, se abre el escenario de que la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) la retome la siguiente administración federal de México, dijo el ex subsecretario de Negociaciones Comerciales Internacionales, Luis de la Calle Pardo.
Ello implica un riesgo natural para la modernización del acuerdo, como ocurrió con la llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca, y una de sus primeras decisiones fue cancelar la participación de su país en un tratado comercial multilateral.
Para el ex funcionario, lo mejor para México es mantenerse en la mesa de negociaciones y buscar que haya una oportunidad de mejorar el acuerdo comercial, aun cuando se extienda hasta 2019, con un nuevo gobierno federal, con ánimo renovado.
Si bien “con nuevo gobierno en México los países tendrán una oportunidad renovada de negociar, siempre hay un riesgo cuando hay un relevo. Ya lo vimos en el Acuerdo de Asociación Transpacífico o TPP, que no pudo terminar su ciclo de aprobación con el presidente estadounidense Barack Obama y con el cambio de la administración de Donald Trump el proceso no concluyó”.
Aunque el TPP se firmó en febrero de 2016 por 12 países, entre ellos los tres socios del TLCAN —México Estados Unidos y Canadá—, Trump decretó la salida de su país.
Otra situación similar la vivió México en la negociación original del TLCAN, cuando concluyó el gobierno del presidente George Bush, y le correspondió a la administración de Bill Clinton terminar el proceso y pedir la firma de cartas paralelas, expuso.
El experto consideró que “la probabilidad de éxito de la renegociación [del TLCAN] siempre fue baja, más baja de lo que pensaban los mercados, y ahora con esto es un poco más baja. La probabilidad de que se termine antes del 1 de julio es realmente muy baja”.
A pregunta expresa sobre qué pasará con la posible llegada de un nuevo gobierno en México, dijo que “no es la primera vez que sucede, pero los países son más sólidos que las personas y que los intereses de las personas”.
Quien fuera subsecretario de Economía de 2000 a 2002, en el sexenio de Vicente Fox, comentó que la renegociación del TLCAN “se tensa” con los aranceles que impuso Estados Unidos al acero y al aluminio aludiendo riesgos a su seguridad nacional.
Consideró que fue apropiada la respuesta de México, Canadá y la Unión Europea en cuanto a aplicar represalias comerciales.
“Al imponer represalias, lo que están haciendo es regresar al esquema de respeto a los compromisos internacionales de los países y no que se sigan violando”, expuso.
“Es una acción importante y correcta, porque lo que ha hecho Estados Unidos es inapropiado y potencialmente ilegal en la propia ley de ese país, del Tratado de Libre Comercio y de la Organización Mundial del Comercio, porque no hay ninguna amenaza a su seguridad nacional y, en este caso, [la medida] se utiliza políticamente”.
El también ex representante ante la embajada de México en Washington de la entonces Secretaría de Comercio y Fomento Industrial —ahora Secretaría de Economía—, cargo que ocupó de 1994 a 1998, recordó que en otros momentos hubo represalias comerciales contra Estados Unidos.
Por ejemplo, para lograr que se permitiera la entrada de escobas de mijo mexicanas al mercado del vecino país se impusieron aranceles a productos estadounidenses y se logró revertir la negativa a los seis meses.
Para que Estados Unidos cumpliera su compromiso de dejar circular al autotransporte de carga mexicano en su territorio también se impusieron aranceles, y se logró el cometido, mencionó el ex funcionario.
Ahora hay que esperar a ver los resultados de la represalia. “A veces una sacudida ayuda a que las cosas funcionen. La reacción interna en EU es lo que falta”, dijo De la Calle Pardo, refiriéndose a la posición de los sectores político y productivo.
“Es la primera vez que hay un grupo de países dispuesto a enfrentar ideas para defender lo que es correcto. Y vamos a ver si hay una caja de resonancia para que los grupos de interés, el Partido Republicano y los medios de comunicación le digan al presidente Donald Trump si este es un camino que conviene a su país”, agregó De la Calle Pardo.
El propósito de la renegociación del TLCAN debe ser dar certidumbre a los operadores económicos, alcanzando un paquete benéfico y realista para todas las partes, porque de lo contrario no conseguirá el apoyo del Poder Legislativo, tanto en Estados Unidos como en México, consideró.