El pasado 18 de mayo se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la resolución por la cual se autoriza la constitución de la “Aerolínea del Estado Mexicano”.

Expertos anticipan que será una aerolínea a la que se le destinarán millones de pesos para poder operar con altas probabilidades de generar pérdidas.

“En ese tipo de aerolíneas siempre existe el temor fundado de que el estado les otorgará presupuesto del erario, subsidios, descuentos, ayudas, beneficios, y de que puedan operar mediante competencia desleal y prácticas monopólicas”, dijo Pablo Casas Lías, director del Instituto Nacional de Investigaciones Jurídico-Aeronáuticas.

“Lo que, además de afectar a otras aerolíneas privadas de la misma nacionalidad, ahuyenta e inhibe el crecimiento, la competitividad y la captación de divisas e inversión extranjera”, agregó.

La Secretaría de Hacienda autorizó la creación de la Aerolínea del Estado Mexicano, la cual será coordinada por la Secretaría de la Defensa Nacional.

El monto inicial de la participación estatal será de un millón de pesos, correspondiendo 990 mil pesos de origen presupuestal a la Secretaría de la Defensa Nacional y 10 mil pesos al Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada, como accionista minoritario, según lo publicado en el DOF.

Julio Zugasti, asociado senior del despacho de abogados Hogan Lovells, dijo que se debe analizar qué precios y promociones ofrecerá esta aerolínea porque podría representar una competencia desleal para el resto de las aerolíneas al contar con subsidios del gobierno.

“Podrían generar ciertos precios atractivos que sean sumamente fáciles para acceder al mercado, pero sería una gran desventaja para las aerolíneas nacionales”, indicó.

Además, se le podría dar preferencia en el AIFA para la asignación de horarios atractivos.

Zugasti calificó como “un tema delicado” al hecho de que la Sedena ahora tenga la posibilidad de administrar, a través de la figura de asignaciones, aeropuertos y una aerolínea.

“La apertura le permite ser juez y parte porque ahora controla el aeropuerto, pero al mismo tiempo la aerolínea del estado”, indicó.

Por su parte, Juan Carlos Machorro, socio de la firma Santamarina y Steta y experto en derecho aeronáutico y aeroportuario, considera preocupante el nacimiento de esta aerolínea cuando la Agencia Federal de Aviación Civil necesita recursos y no se ha solventado la degradación a categoría 2.

“Las líneas aéreas en manos de los gobiernos son una mala idea, quemadoras de recursos públicos y en manos de las fuerzas armadas es un proyecto de poca viabilidad

“Es muy cuestionable porque de inicio mezclas agua con aceite, la aviación es un servicio de carácter comercial sofisticado y de márgenes sumamente estrechos”, explicó.

Machorro puso como ejemplo a los grupos aeroportuarios privados que cotizan en bolsa, los cuales sí generan utilidades, sin embargo, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, operados por el gobierno, pierden dinero.

En el pasado, el gobierno controló Mexicana de Aviación y Aeroméxico, y luego Cintra, las cuales se fueron a la quiebra.

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