El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés) estimó que Rusia va a sufrir una recesión económica de 15% este año por el conflicto bélico que mantiene con Ucrania.

De confirmarse la proyección, será el peor desplome del Producto Interno Bruto (PIB) desde la fundación de la Federación de Rusia, en 1991, luego de disolverse la Unión Soviética.

El instituto explicó que el endurecimiento de las sanciones económicas impuestas a Rusia por la invasión a territorio ucraniano va a provocar una profunda recesión en el país más grande del mundo, incluso peor que la de 2009, cuando el PIB se contrajo 7.8%.

“Pronosticamos una recesión muy profunda, de -15% del PIB en 2022, dos veces más severa que la recesión de 2009 y sujeta a un riesgo importante a la baja”.

Estimó que, a medida que Rusia intensifique sus acciones, puede traer más boicots a la energía, lo que perjudicaría drásticamente su capacidad para importar bienes y servicios, profundizando la caída de su economía.

Describió la situación en la que se encuentra el país gobernado por Vladimir Putin, que permite presagiar una recesión profunda, la caída drástica del rublo, el colapso del mercado de valores de Moscú y los rendimientos de los bonos, así como el repunte de las primas de riesgo.

Desde la perspectiva del IIF, el contagio que puede darse sobre países con economías emergentes va a depender de la evolución de la guerra en Ucrania.

“Dado el pequeño tamaño de la economía de Rusia y sus esfuerzos por aislarse de los mercados financieros globales, no esperamos un amplio contagio a los mercados emergentes en nuestro escenario base”, ponderó.

Sin embargo, advirtió que puede darse una fuga de capitales de mercados emergentes que no tendrán dónde refugiarse.

El instituto que funge como asociación de las instituciones financieras más importantes del mundo anticipó que, si se agrava el avance del conflicto bélico, los flujos de capital de los mercados emergentes van a retroceder en general. El IIF hizo ver que el aumento de los precios de las materias primas ayuda a algunas naciones, pero lastima a otras.

Por ejemplo, señaló que América Latina se beneficiará de la mejora de los términos de intercambio entre sus muchos exportadores de materias primas.

“América Latina no se verá afectada en gran medida, y el impacto será moderado para gran parte de Asia, incluida China”, matizó.

En cambio, Europa oriental y occidental se verán gravemente afectadas por un comercio más débil, y los grandes importadores de petróleo y trigo de los mercados emergentes están en peligro.

Turquía y Egipto están en la mira porque por cada 10 y 50 dólares que aumente el precio del petróleo o del trigo, respectivamente, van a sufrir por la ampliación de su déficit fiscal, advirtió el instituto.

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