El golpe a los bolsillos de las familias mexicanas por la pandemia de Covid-19 ha despertado la alerta por los índices de morosidad que traerá en los próximos meses a los bancos en el país.
Si bien las instituciones financieras reconocen que cuentan con los recursos para enfrentar el golpe, la dimensión del impacto económico puede provocar que sus clientes dejen de pagar sus deudas.
Con datos hasta abril pasado de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el índice de morosidad de la banca (Imor) se ubicó en 2.32%, esto es, 0.20 puntos más de lo observado en abril de 2019.
En el detalle, el Imor de la cartera de consumo registró 4.65%, en el que productos como la tarjeta de crédito llegaron a 5.6%, mientras los de nómina registraron una morosidad de 2.83%.
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Así, el producto con la morosidad más alta fueron créditos personales, con 7%, es decir, 0.86 puntos más respecto a abril de 2019.
Los datos de la CNBV muestran que las instituciones con la morosidad más elevada son Finterra, con 17.8%; Accendo Banco, con 17.62%; Bancoppel, con 14.71%, y Banco Azteca, con 11.20%.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), Juan Pablo Graf, dijo que si bien existen otras instituciones con altos índices de morosidad, la mayoría no enfrentará una situación similar a la de Famsa, por un buen manejo del riesgo.
“Vemos una gestión del riesgo mucho mejor que en Banco Famsa. Tienes alta morosidad, pero son estos créditos en la base de la pirámide que son más riesgosos, que tienen más morosidad, en parte por el riesgo y falta de competencia en el sector con lo que tienen las tasas más altas. Puede ser que tengan sus ingresos por intereses altos. Lo que se ve ahí es la manifestación del riesgo de crédito, pero por otro lado tienes ingresos importantes”, dijo el funcionario.
El Banco de México resalta que la dinámica de la morosidad está asociada a la actividad económica y en consecuencia podrían resentir los efectos de la pandemia, particularmente en el crédito al consumo y empresas, fenómeno observado en otros momentos de contracción.
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“El choque macroeconómico por la pandemia de Covid-19 y la caída en los precios del petróleo podría tener un impacto en los índices de morosidad, en mayor medida para los créditos a empresas... será relevante vigilar la evolución de los indicadores de morosidad para evitar un deterioro importante y tomar acciones preventivas de ser necesario”, explica Banxico.
“Lo que va a pegar a usuarios son, que su ingreso no se haya restablecido y que los planes de diferimiento no hayan tenido claridad y que generen esta especie de burbuja, en el que al cabo de cuatro meses se tenga una deuda inmanejable y el pago mínimo represente un sobreendeudamiento”, dijo el director general de Resuelve tu Deuda, Juan Pablo Zorrilla.
En opinión del banco más grande del sistema financiero en México, BBVA, el efecto de la pandemia puede llevar la morosidad al doble de sus rangos actuales, alcanzando tasas de 5%, lo cual se considera manejable para el sistema financiero mexicano.
“La clave va a ser la duración de la pandemia y las medidas de ais- lamiento social, si se logra superar la contingencia antes de los cuatro o seis meses, es factible que no veamos alzas importantes en la cartera vencida, y segundo, ver que porcentaje de empresas desaparece”, dijo el economista en jefe de BBVA México, Carlos Serrano.