Lejos quedaron los días cuando se podía comprar un auto nuevo con menos de 300 mil pesos.
En 2016 el precio promedio de un vehículo de agencia en México era de 258 mil pesos, pero a la fecha ha escalado a 399 mil pesos, un alza de 55% en los últimos seis años, de acuerdo con un análisis de J.D. Power.
Lo anterior se debe a factores como la falta de inventario en las agencias a consecuencia de una menor producción de vehículos y también ante la escasez de semiconductores, pues a menor cantidad de producto, el que está disponible se vende más caro, explicó Gerardo Gómez, director general para el país de la firma consultora.
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Sin embargo, la inflación de los autos también se explica por un encarecimiento de las materias primas esenciales para su fabricación como el acero, aluminio y resinas plásticas, que ya venían al alza, pero cuyo costo se recrudeció a raíz de la pandemia de Covid-19.
Ante este escenario, para los mexicanos se reducen cada vez más las opciones de acceder a su primer auto nuevo, pues también salieron del mercado nacional los modelos más económicos como el Chevy, Tsuru, Beat, Spark y Fit.
Guillermo Rosales, presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), comentó recientemente que la inflación tiene un efecto doble para la compra de vehículos nuevos.
“Primero, la inflación general ha hecho que el consumidor tenga que disponer de una mayor cantidad de sus ingresos para sufragar gastos habituales como vivienda, alimentación, vestido y transporte, y les quedan menos recursos disponibles para compras de largo plazo, como un vehículo”, explicó.
“Por otro lado, los incrementos de costos a nivel de la manufactura global inciden en que los vehículos estén sometidos a una presión de incremento de precios, lo que hace que se vuelva más difícil el acceso [a un auto] a un mayor número de consumidores”.
Los automóviles se encarecieron 8.9% en marzo pasado frente al mismo periodo de 2021, superando desde hace 25 meses a la inflación general, que fue de 7.5% y alcanzó el mayor nivel en más de 21 años, de acuerdo con el Inegi.
“Se deteriora poder adquisitivo”
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J.D. Power agregó que el precio de los vehículos está ocasionando que la industria automotriz venda menos vehículos y más caros.
“La industria está haciendo dinero. Los dos años anteriores sufrieron y no tenían liquidez, tuvieron que poner dinero todas las armadoras y distribuidores para mantenerse en el mercado, pero en 2022 están ganando casi el mismo dinero que hace cinco años por factores inflacionarios”, resaltó Gómez.
Para este año, los distribuidores estiman que la venta de autos nuevos va a totalizar un millón 60 mil unidades, alrededor de 257 mil vehículos menos que en 2019, previo a la pandemia.
El presidente de AMDA reconoció que estas previsiones se deben a que, además de la falta de oferta de autos, hay un deterioro de la capacidad de compra de los consumidores, y una vez que se solucione el problema de inventario será evidente “la insuficiencia de demanda”.
“Cuando tengamos resuelto el problema de oferta, nos vamos a dar cuenta en toda su magnitud de cómo se ha deteriorado la capacidad de compra del consumidor mexicano”, dijo Rosales.
Actualmente, entre los autos más económicos en el mercado nacional destacan el Mirage G4, con precio de 259 mil 660 pesos; el Grand i10, con versiones a partir de 211 mil 300 pesos, y la versión más básica del March se ofrece en 238 mil 900 pesos.
Repunte en seminuevos
Ante el incremento de precio de los autos nuevos, una opción para los consumidores ha sido invertir en el mantenimiento del vehículo del que ya son propietarios, pero también se ha visto un repunte en las ventas de autos seminuevos.
El año pasado, de los 721 mil 746 créditos otorgados para la compra de un auto, el financiamiento para adquirir seminuevos tuvo una tasa de crecimiento de 14%, que rebasó por mucho la expansión del crédito para vehículos nuevos, que fue de apenas 3%, de acuerdo con estadísticas de la AMDA.
Además, la tendencia se mantuvo hasta el primer bimestre de este año, pues de los 114 mil 263 créditos aprobados para comprar un auto, las colocaciones de vehículos nuevos disminuyeron 2.2%, mientras que los préstamos para adquirir autos usados tuvieron un avance de 9.2%.