Mientras en el mercado de Estados Unidos los precios de las gasolinas al público han tenido una reducción de hasta 54.5% en los últimos seis meses, en México los consumidores no han visto ese beneficio en sus bolsillos, pese a que casi siete de cada 10 litros de gasolina que compran se producen en el país vecino.
Así, las tarifas de los combustibles en el territorio mexicano no están respondiendo a la baja que se observa en el mercado estadounidense, uno de los principales del mundo, con el cual hay una estrecha relación para cubrir la demanda nacional.
Del 13 de junio al cierre de noviembre, el precio promedio nacional de la gasolina tipo regular —la de mayor consumo— aumentó 7.44%, de acuerdo con información de la Comisión Reguladora de Energía (CRE). El precio pasó de 20.28 a 21.79 pesos por litro en ese periodo, es decir, un alza de 1.51 pesos.
Del cierre del mes pasado al 16 de diciembre, ese mismo combustible reportó una reducción de 29 centavos por litro, al ubicarse su precio en 21.50 pesos, mismo que sigue estando por arriba del promedio nacional de diciembre de 2021, de 20.28 pesos.
En el caso del mercado estadounidense, según información del Departamento de Energía de ese país, del 13 de junio al 12 de diciembre el precio promedio nacional de la gasolina regular, también la de mayor demanda, tuvo una reducción de 54.5%, al pasar de 5 dólares a 3.23 dólares. A la paridad actual, ese ahorro equivale a 9.25 pesos por litro.
La Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés), órgano del Departamento de Energía de EU encargado de las estadísticas del sector, prevé en su última Perspectiva energética de corto plazo, correspondiente a noviembre, que el precio minorista de la gasolina bajará todavía 48 centavos más por galón entre el cierre de este año y todo 2023.
Mayores costos
Roberto Díaz de León, expresidente de la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo), reconoció que el precio de la gasolina en Estados Unidos se ha reducido de manera importante.
Sin embargo, “el flete marítimo se incrementó 300%, equivalente a 50 centavos [de dólar] por litro”, explicó.
Es decir, que se ha encarecido transportar la gasolina vía marítima desde las refinerías, sobre todo de Estados Unidos, de manera que la disminución del precio de la molécula “no alcanza a compensar el flete marítimo”.
Por eso, añadió, los consumidores en el mercado nacional no pueden ver reflejado el menor precio de la gasolina estadounidense en sus bolsillos, por el encarecimiento del flete.
“Algo pasó en el mundo y eso explica, en buena medida, por qué baja el precio de la gasolina, pero en la calle no se refleja”, subrayó el expresidente de la mayor agrupación de asociaciones de empresarios gasolineros del país.
También es necesario analizar el tema de las penalizaciones, dijo Díaz de León, “porque tenemos conocimiento de barcos que duran días esperando descargar producto. Tener una tripulación, un producto parado, tiene un costo financiero y directo que al final se ve reflejado en el precio en la calle”.
Retos en infraestructura
En julio de este año se dio a conocer que más de 60 buques con gasolinas importadas por Pemex se encontraban varados en el golfo de México debido al poco espacio de almacenamiento para descargarlos.
Los costos de espera representan cifras millonarias cada día, y los tuvo que absorber la petrolera mexicana.
Esas embarcaciones petroleras transportan aproximadamente 18 millones de barriles de combustible, principalmente gasolina y diesel importados por Pemex.
Se estima que las multas diarias son de hasta 40 mil dó lares por barco por cada día de espera, por lo que el costo de no recibir a tiempo el combustible de los buques atascados en fila ascendió a 2.4 millones de dólares, unos 48 millones de pesos por día.
El problema surgió a partir de que se destrabó el impedimento para la importación de combustibles, lo que derivó en la acumulación de barcos petroleros a más de tres veces el volumen habitual.
Díaz de León, expresidente de Onexpo, subrayó que la única manera de poder capturar eficiencias y generar valor en toda la cadena para que se transmita ese valor al consumidor final es tener una oferta múltiple de mayoreo, “y eso requiere desarrollar infraestructura en todos sentidos: de transporte, de almacenamiento y distribución”.