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Una de las grandes promesas de la reforma energética fue que bajarían los precios de los combustibles, derivado de la apertura del mercado y de la competencia. Sin embargo, éstos no han dejado de subir.
De 2017 a la fecha los mexicanos sufrieron en promedio un incremento de 26% en este hidrocarburo, lo que significa que los consumidores pagan alrededor de 80 pesos más por un cilindro de 20 kilos, en un país en el que siete de cada 10 habitantes utilizan gas licuado de petróleo (LP) para su consumo diario. ¿Por qué y cómo se rompió la promesa?
En opinión de Alejandra Palacios, titular de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), la promesa de bajar los precios de los energéticos estuvo mal planteada y en lo que se refiere al mercado del gas LP, la falta de competencia no ha ayudado mucho, dijo en entrevista.
La Cofece es el órgano regulador de los mercados en México y recientemente inició una investigación al sector por presuntas prácticas monopólicas, es decir, algunos competidores podrían realizar contratos, convenios o arreglos para fijar los precios de productos, servicios o a manipular la oferta y demanda.
En México no es poco común que en determinada colonia no sea posible comprar gas LP más que a una empresa gasera. Los repartidores de tanques tienen territorios delimitados y prohibiciones expresas de vender fuera de estos límites so pena de ser despedidos o golpeados.
El consumidor se ve obligado a realizar un acto de fe cuando compra gas. Espera que el cilindro contenga de verdad los 20 o 40 litros que paga, y desconfía de que su tanque de gas estacionario le alcance para llegar a fin de mes. Además, hay regiones en las que sólo existe un proveedor.
“Lo que se debió haber dicho es que los precios estén en su mejor nivel posible. Si el precio internacional de la molécula sube, en México no puede bajar, salvo que queramos que alguien nos subsidie el gas LP. En la lógica de no subsidios, lo que queremos es pagar el mejor precio posible”, dijo Palacios.
Antes de la liberalización del precio del gas LP éste estaba controlado por autoridades mexicanas, pero ahora están sujetos a partir del precio de referencia internacional y estacionalidad, además de que ya se reconocen los costos de logística y transporte.
Palacios comentó que a pesar de que el mercado se liberó, lo que hay es poca competencia y en ciertas zonas del país los niveles de concentración se elevan potencialmente.
Dijo que el mejor precio posible se consigue con la suma de alguien que compra la molécula a buen precio, que la introduce al país a un costo eficiente, que la traslada de los centros de internación a los de distribución a un costo eficiente y que la venta al público enfrenta competencia y su margen de venta es pequeño.
Según la Comisión Reguladora de Energía (CRE), el precio promedio del kilo de gas LP por cilindro, al 11 de enero de 2017, se ubicó en 15.02 pesos, mientras que en el último reporte se ubicó en 18.98, es decir casi 4 pesos más, por lo que por un cilindro de 20 kilos los consumidores pagan 80 pesos más, pero en algunas ciudades los incrementos superan 40%.
“En la medida en que haya eficiencia y competencia el consumidor va a tener acceso al mejor precio posible, ese es el enfoque con el que se debieron haber vendido las reformas”, aseguró la titular de Cofece.
De acuerdo con el estudio Transición hacia Mercados Competidos de Energía: Gas LP, elaborado por la Cofece, en 2017 el 53% de la distribución del gas LP se concentró en cinco grupos económicos, lo cual significó una concentración de 5% más, ya que en 2016 se encontraba en 48%.
La CRE explica 70% del aumento en el costo del gas LP en 2017 bajo el argumento de que creció el precio de la molécula y aumentaron los costos de importación. Pero queda un 30% del incremento que no se explica.
Al respecto, Alejandra Palacios manifestó que si bien hubo un encarecimiento a nivel internacional que repercutió en el precio, cuando bajaron los costos los mexicanos siguieron pagando lo mismo.
Concentración regional. La concentración del mercado del gas LP se profundiza a nivel regional en la distribución del combustible, en donde Yucatán, Baja California y la región del Pacífico son las zonas en donde hay un menor número de oferta.
De acuerdo con los cálculos de la comisión, un aumento en el número de competidores podría reducir los precios, y estima que cuando en una región se incrementa de uno a dos el número de distribuidores, los precios pueden ser menores hasta en 6.5%.
Por su parte, Fernanda Ballesteros, coordinadora del área de regulación y competencia económica de México Evalúa-CIDAC, dijo que es un periodo de adaptación a las nuevas reglas y se están explorando las causas qué pueden estar influyendo en los precios, tanto de gas LP como de gasolina.
“La idea es mejorar el ambiente y generar las condiciones para que exista mayor competencia, no sólo se trata de establecer las leyes si no hacer que efectivamente se respeten y tratar de que la implementación sea lo más apropiada”, comentó.
Dijo que la competencia presiona a quienes están ofreciendo un producto porque saben que si no lo hacen de la mejor forma los consumidores se pueden ir con el de al lado.