Hay embotellada ante el mayor consumo por el calor, reconocen corporativos y asociaciones de comerciantes consultados por EL UNIVERSAL.

“Debido al aumento de la demanda de agua purificada, hemos estado presentando desabasto en garrafones de 20 litros en algunas zonas. Continuamos trabajando para atender las necesidades de todos nuestros clientes y consumidores”, dio a conocer Comunicación Corporativa de Fomento Económico Mexicano (FEMSA), una de las principales embotelladoras del país.

El presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), Cuauhtémoc Rivera, señaló que por el desabasto la población del norte debe pagar el garrafón de 20 litros hasta en 70 pesos, entre 11 y 14 más caro que el precio normal en la región. En el centro ha subido de dos a cuatro pesos durante los últimos seis meses, dependiendo la marca.

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Fuente: Inegi
Fuente: Inegi

“Hay una demanda extrema de agua en garrafón..., usan el agua para lavar trastes y hacer la comida, además de beber agua”, comentó Rivera a este diario.

En algunos lugares no tienen agua potable vía tuberías, por lo que compran el producto embotellado para suplir la carencia, lo que genera que en las casas haya dos o tres garrafones sin usar y esto afecta a los productores, ya que los contenedores están retenidos.

“Está muy encarecido el envase y a veces el líquido con envase se vende entre 145 y 150 pesos”, pues la gente se queda con garrafones para llenarlos en otros negocios. Tras analizar la situación con las tienditas, Rivera encontró que “hay un desabasto brutal en Tamaulipas, Tabasco, Veracruz, Yucatán y San Luis Potosí, así como en Ciudad de México y la zona conurbada”.

En el último medio año, dijo, el garrafón de 20 litros de Bonafont subió de 57 a 59 pesos; ePura de 56 a 58; y Ciel de 52 a 56, debido a que “el abasto es muy irregular y la demanda rebasa mucho la posibilidad de abasto”.

Escasez de personal

Por si fuera poco, explicó el líder de la Anpec, hay estados como Yucatán, donde las embotelladoras aseguran que, por la alta rotación de personal, no hay quien lleve el producto a las tiendas.

El presidente del Consejo para el Desarrollo del Pequeño Comercio y la Empresa Familiar (ConComercioPequeño), Gerardo Cleto López Becerra, reconoció que “sí hay desabasto de garrafones de agua en diversas zonas” y de todo tipo de marcas, ya sea Bonafont, Ciel, Electropura o Skarch.

En la Ciudad de México, por ejemplo, no se hallan garrafones en tiendas de Iztapalapa, Iztacalco, Venustiano Carranza y zona centro.

La Asociación Mexicana de Bebidas (MexBeb, antes la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas) dijo que en general han podido satisfacer la demanda de agua en esta época en todo el portafolio de productos.

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El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer que la inflación llegó a 4.7% en mayo, mientras que el agua embotellada se encareció 5.7%. El precio del líquido acumula 22 meses ganando la carrera al también llamado impuesto de los pobres, concretamente desde agosto de 2022.

El agua nunca había rebasado a la inflación en tanto tiempo desde 2003, cuando empiezan los registros de este producto en el Inegi.

Para ponerlo en perspectiva, al cierre del sexenio pasado, el litro de agua embotellada costaba en promedio 1.55 pesos en las zonas urbanas, pero ahora hay que gastar 2.11, es decir, lleva un incremento de 36.7% desde que comenzó la autollamada Cuarta Transformación, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Con Ernesto Zedillo fue la última vez que el bolsillo de los mexicanos sufrió un impacto más severo que en la actualidad, pues el agua embotellada se disparó de 25 a 89 centavos, un aumento de 252.6% en el periodo similar.

Detrás del aumento del agua y otros artículos se encuentran las altas tasas de inflación de los últimos años, opinó el economista en jefe para Rankia Latinoamérica, Humberto Calzada.

“En el caso particular del agua también influye la coyuntura climatológica, debido a que las altas temperaturas provocaron una mayor demanda del producto, ya que la gente quiere hidratarse, lo que ha traído un desabasto de agua en algunas partes del país”, expuso.

“La escasez de agua obliga a los productores y purificadoras a elevar sus precios, por lo que, si se mantienen las sequías y altas temperaturas, los precios van a subir todavía más en los siguientes años. Estamos hablando de un problema mundial”, concluyó Calzada.

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