Si se mantiene la firmeza y prudencia de la política monetaria, tarde o temprano la inflación cederá en México, afirmó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En su análisis económico ejecutivo semanal, destacó que al inicio de 2023 se perciben mayores presiones inflacionarias, pero los precios bajarán conforme se solucionen las distorsiones de las cadenas de oferta y si se mantiene la disciplina fiscal.
“Aunque con rigidez a la baja de la subyacente, tarde o temprano la inflación cederá si el Banco de México mantiene la firmeza y prudencia de la política monetaria y a medida que las distorsiones de las cadenas de oferta se solucionan, siempre y cuando se mantenga cierta disciplina fiscal”, explicó el centro.
Políticamente, las encuestas señalan un repunte de la incomodidad por la inflación en el último trimestre de 2022, dijo.
Advirtió que, al mismo tiempo, el gobierno debe de abstenerse de utilizar controles a fin de intentar bajar la inflación.
“Se ha visto que medidas como el esquema del gas bienestar y los aranceles sobre la exportación de maíz blanco han sido ineficientes para reducir presiones de precios y, han generado incertidumbre en los mercados”, subrayó.
En cuanto al arancel de 50% a la exportación de maíz blanco harinero, el CEESP afirmó que es “violatorio” del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
El análisis destaca que, en su comparación anual, los precios al consumidor se elevaron 7.94% y vuelven a acumular tres quincenas consecutivas al alza.
Con ello, la inflación subyacente se ubicó en 8.45%, la más elevada en las últimas cuatro quincenas y, por su parte, la no subyacente fue de 6.44%.
La inflación de la primera quincena de enero refleja actualizaciones de precios que suceden normalmente a principios del año, explicó el CEESP.
Según el centro, ello se relaciona con problemas de oferta o expectativas de inflación que persisten, quizá más que con el consumo, ya que la información más reciente señala un estancamiento en los últimos meses de 2022.
El CEESP también refirió que, de acuerdo con la encuesta nacional de ocupación y empleo (ENOE) del Inegi, en diciembre la población ocupada disminuyó en 912 mil personas respecto al mes previo y, aunque la reducción es estacional, pareció “pronunciada”.
Mientras tanto la población desocupada se redujo en 78 mil. De esta manera, la tasa de participación pasó de 60.8% en noviembre a 59.7% en diciembre.
“El hecho es que en diciembre muchas personas manifestaron no buscar ocupación... Y la población económicamente no activa creció en 1.2 millones de personas”, señaló el organismo.
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