La falta de una definición actualizada del concepto de ruralidad deja fuera de los programas de apoyo a una gran parte de la población mexicana, dijo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Bajo el concepto de 1936, sólo 22% de los habitantes del país se incluye en la definición de rural, aunque realmente es el doble de esa cifra, detalló.

Bajo el concepto actual, la definición de rural considera una población por debajo de 2 mil 500 habitantes, mientras que la de zonas urbanas es de más de 2 mil 500, pero en la realidad hay localidades intermedias, hay transformaciones demográficas, las economías ya evolucionaron y también el entorno ambiental.

En el caso de México no es lo mismo decir que “una quinta parte de la población es rural, a que casi la mitad de la población es rural”.

La ruralidad está siendo reemplazada por territorios cada vez más urbanos y, bajo las nuevas consideraciones que propone la Cepal, 44% de la población mexicana es rural.

El director del proyecto y jefe de la Unidad de Desarrollo Económico del organismo, Ramón Padilla, expuso a EL UNIVERSAL que debe tenerse un concepto que involucre variables como población, densidad poblacional por kilómetro cuadrado, porcentaje de suelo construido, así como considerar que en el campo no sólo se realizan actividades agrícolas.

Por ejemplo, hay que considerar que entre menos habitantes haya por kilómetro cuadrado y menos porcentaje de construcción se tenga, la localidad puede ser más rural y requiere reconocerse como tal para enfocar apoyos y programas gubernamentales a esas zonas.

Con base en ello, se debe cambiar la definición de ruralidad por parte del gobierno mexicano, lo que “requiere de un diálogo interinstitucional para que todas las secretarías lleguen a un acuerdo de la mejor forma de vivir o distinguir qué es lo rural y qué es lo urbano”, dijo.

Para tener un enfoque territorial de desarrollo rural se requiere definir al territorio como un espacio socialmente construido y no como algo geográfico, así como reconocer la diversidad sectorial de la economía rural, más allá de lo agrícola, además de valorar el papel de los espacios urbanos y de las relaciones rurales-urbanas, y construir los programas de desarrollo considerando las diferencias de cada zona.

El problema es que se dan apoyos públicos para actividades que no hay en las zonas rurales cada vez más urbanizadas, dijo la Cepal. Por ejemplo, se otorgan apoyos a pequeños productores para la exportación, proyectos de electrónica, automotriz, aeroespacial, médico y software, sectores que no necesariamente son parte de la dinámica del campo.

“Lo rural cada vez es menos agrícola y hay mayor participación de servicios. Hay ecoturismo, manufacturas, artesanías, agroindustria, y es algo que no se considera en las estadísticas, porque la visión de lo rural se considera que es algo atrasado y con pocas oportunidades”, dijo Padilla.

Afirmó que, en general, no se debe decir que “todo lo rural tiene menos de 2 mil 500 personas, sino decir que todo lo rural es diverso y tiene sus propias circunstancias”.

Considerando las características de la nueva ruralidad, en México se observa que esta población se concentra en el sur, en entidades como Oaxaca y Chiapas, explicó.

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