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La población de menores ingresos en México realiza la mayor parte de sus gastos en efectivo , afectada también por un menor grado de urbanización y penetración del sistema financiero , muestra el estudio “patrones de consumo de efectivo contra tarjeta: una aproximación big data”, realizado por BBVA y Clarity AI.
“Los municipios más pobres y con mayor densidad de población son los que más usan el efectivo como medio de pago o los que registran el mayor aumento en la asignación presupuestaria en efectivo. Por su parte, los municipios más ricos registran un menor gasto en efectivo y un mayor gasto con tarjeta ”, resalta.
En el documento se señala que en las zonas más urbanizadas , un choque positivo en el número de personas que acceden a los servicios financieros , tiene el mayor efecto sobre el uso de tarjeta, en comparación con zonas menos urbanas y con una red de puntos de acceso al sistema financiero más pequeña.
“Se identifica que la mayoría de los bienes clasificados como normales se pagaron en efectivo , entre los que se encuentran los alimentos, las bebidas alcohólicas y el tabaco. Por otro lado, la mayoría de los bienes o servicios clasificados como superiores se pagaron con tarjeta. Entre estos se encuentran los viajes, el vestido, los restaurantes y la educación”, explica el texto.
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El documento de BBVA sugiere que las mejores políticas públicas para impulsar el uso de medios de pago alternativos deben tomar en cuenta las particularidades de cada región o municipio, y no plantearse como políticas simétricas y homogéneas en todo el país que no consideren las particularidades de cada entidad.
“En las zonas de menores ingresos y menos urbanizadas el uso de efectivo se reducirá en mayor proporción con la implementación de políticas que impacten favorablemente el ingreso de los hogares más pobres. En las zonas más urbanizadas y con una mayor red de puntos de acceso bancarios, el uso de efectivo se reducirá con políticas que logren incrementar el número de personas que utilizan algún instrumento bancario”, explica.
El texto añadió que el diseño de políticas públicas debería enfocarse en habilitar de forma prioritaria formas de pago alternativas en establecimientos que se dediquen a la venta de bienes normales, especialmente alimentos y bebidas.
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